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J. ORTIZ DE LAZCANO
Miércoles, 7 de febrero 2018, 11:59
La salida de Iñigo Martínez de la Real Sociedad para irse al Athletic va a dejar una lluvia de dinero en el modesto Aurrera de Ondarroa, un club con 97 años de historia y en la actualidad séptimo en División de Honor Regional vizcaína. El club txuri-urdin deberá abonar al vizcaíno un total de 601.012 euros. «Es como si nos hubiera tocado la lotería», se felicita el veterano presidente del Aurrera, Eladino González, en una conversación con este periódico.
Iñigo Martínez vino a la Real Sociedad con 15 años. Jugaba en el cadete del Aurrera y destacaba. El ojeador del Athletic en Lea-Artibai pidió que se le fichara. Era 2006. Lezama no apostó por él y se fue a Zubieta.
El Aurrera, como en la actualidad, era convenido del Athletic. Firmó un contrato con la Real que ahora se hace efectivo. El documento recoge que el club formador se llevaría un 10% del dinero pagado por otro equipo en forma de traspaso o cláusula. El Athletic depositó en la Liga los 32 millones del blindaje de Martínez. Si el contrato se ciñera al 10%, el Aurrera cobraría 3,2 millones, pero aquel trato especificaba un máximo de 600.000 euros.
Aún así, es un dinero que cambia la situación del modesto club que juega en Zaldupe. Es tres veces más que su presupuesto de esta campaña, de 200.000 euros. Premia además su destacado trabajo de cantera. Pese a ser una localidad pequeña, 8.500 habitantes, tiene dos jugadores en el Athletic, Kepa e Iñigo, y varios en categorías inferiores tanto en Lezama como en Zubieta. En sus equipos femeninos y masculinos juegan 200 jóvenes. «Fue un contrato muy bien gestionado por la directiva de aquella época», se felicita González, que llegó al cargo en 2007.
La Real Sociedad ya se ha puesto en contacto con el club de Ondarroa para comunicar que le mandará la documentación necesaria para hacer frente de inmediato al pago.
El Aurrera debe analizar ahora qué hacer con este dinero. El presidente apuesta por la sensatez. El club está saneado y sin deudas y quiere seguir así. «Vamos a tener la cabeza muy fría y pensar en el futuro del club. No vamos a tirar la casa por la ventana ni volvernos locos con fichajes», avisa González.
El dirigente ya ha fijado un objetivo. Los vestuarios de Zaldupe necesitan una obra. El campo es municipal, pero está dispuesto a echar una mano al Ayuntamiento para afrontar una mejora. «Queremos que este dinero se invierta en infraestructuras y que se haga rápido. Hay buenas relaciones con el Ayuntamiento y ya hemos hablado. Entendemos que tienen muchos gastos con el monte que cayó sobre las casas en Kamiñalde. La idea es pagar nosotros la obra de los vestuarios y que nos recompensen con un fijo anual que garantice el futuro del club. La meta es que este dinero nos dé tranquilidad para el futuro».
El contrato que firmó la Real con el Aurrera es el modelo tipo del club de Anoeta cuando recluta muchachos de otros clubes. De vez en cuando a alguno le cae una cascada de dinero, como le sucedió al Elgoibar cuando Joseba Etxeberria se fue al Athletic o al Mutriku cuando Illarramendi se marchó al Real Madrid.
El Athletic, sin embargo, firma otro tipo de contratos. Aporta más en fijo y en premios a los clubes por alcanzar el primer equipo, pero no deja porcentaje en caso de pago de cláusula. Es decir, si el Madrid hubiera desembolsado 20 millones por Kepa, no habría habido un extra para el Aurrera.
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