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Sábado, 17 de septiembre 2022, 09:21
Mikel Oyarzabal borra días del calendario con un rotulador como quien espera una fecha importante siendo un niño pequeño. Lo que a priori podría ser un sábado cualquiera de previa de partido en el que habla ante los medios el jefe de la nave, es también una fecha señalada para el eibarrés. Se cumplen seis meses de esa maldita acción fortuita que le impiden correr y dejarse el alma en cada balón dividido del Reale Arena. Medio año sin la bandera, el estandarte y probablemente el mejor jugador de la plantilla, ya no solo por lo que aporta en lo numérico con sus goles y asistencias, sino por todo lo que contagia a sus compañeros cuando está sobre el verde.
Oyarzabal sigue cumpliendo los plazos establecidos por los médicos después de ser operado en un lejano mes de marzo. No hay alteraciones ni complicaciones, si bien también es importante destacar que no todas las roturas de cruzado son iguales y que no todos los futbolistas tienen el mismo plazo de recuperación. Oyarzabal se encuentra ahora mismo de vacaciones y ha pasado días descansando en la playa, lejos de Donostia, tal y como él mismo ha publicado en redes sociales. Pero, como desde que cayera lesionado ese 17 de marzo, acude a diario a Zubieta, muchas veces incluso en días en los que la plantilla tiene fiesta, para entrenarse y tratarse con miembros del staff txuri-urdin.
La buena noticia, además, es que el eibarrés ya toca balón con absoluta normalidad desde hace más de tres semanas, aunque en solitario. No obstante, sí que realiza carreras continuas con el esférico así como otros ejercicios en los que el balón es el protagonista.
De momento, Oyarzabal sigue el plan establecido. La siguiente etapa ya es reincorporarse al grupo, aunque obviamente a un ritmo prudente y sin forzar la maquinaria, como han hecho otros tantos futbolistas que han padecido la misma lesión. Sin embargo, no hay una fecha concreta para que vuelva a estar a las órdenes de Imanol y será al regreso de sus vacaciones cuando se someterá a unas nuevas pruebas rutinarias. Dependiendo de su evolución, podría ir entrando poco a poco al grupo, pero para jugar y competir está prácticamente descartado antes de 2022.
Dicen que las comparaciones son odiosas y aunque equiparar lesiones de rodilla de otros futbolistas podría ser contradictorio, es una práctica habitual en las aficiones que tienen un jugador lesionado de estas características. Lamentablemente, la Real cuenta ahora mismo con dos –Oyarzabal y Sadiq–, mientras que Carlos Fernández da los últimos coletazos para poder volver a competir. Lo primero que hay que destacar es que las roturas de ligamento cruzado pueden tener también afecciones en el menisco, lo que, lógicamente, requiere más tiempo de recuperación. Tanto la lesión de Oyarzabal como la de Carlos tuvieron daños en los meniscos de ambas rodillas, algo que implica cuidados extra que pueden retrasar algo su regreso.
Si bien desde Zubieta no se han hecho actualizaciones públicas de cómo está Oyarzabal, este viernes Luis Enrique sí que deslizó que su progresión va por buen camino. «Con Mikel vamos a esperar su tiempo y verle en el terreno de juego. Me consta que la recuperación va muy bien». Su participación en el Mundial está en el aire. «Si llega o no llega ya se analizará. El objetivo es que se recupere, pero no solo para la selección o para el Mundial, sino para jugar bien con la Real y para volver a sentir lo que tiene que sentir un futbolista. Mikel es el jugador al que más he llamado. Quizá unas 3 ó 4 veces», dijo en tono cariñoso.
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