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REAL SOCIEDAD

Jon Guridi, el hombre de hielo en la Real Sociedad

Jon Guridi.
Jon Guridi.
  • Dos de sus entrenadores, su padre y sus amigos le describen como «serio, tímido y reservado»

  • Añaden que el futbolista azpeitiarra cambia en las distancias cortas, donde le definen como «más alegre y animado»

Jon Guridi (Azpeitia, 1995) debutó en Primera División el pasado 18 de marzo en el derbi entre el Alavés y la Real. Lo hizo en Mendizorroza, donde el equipo txuriurdin cayó por 1-0. El azpeitiarra fue la gran novedad en una convocatoria llena de bajas. La lesión de Iñigo Martínez se unió a las ausencias de Agirretxe, Willian José, Carlos Martínez, Illarramendi y Zurutuza. Ante estas circunstancias, Eusebio citó por primera vez a Guridi. Así, el canterano vivió en Gasteiz su bautismo de fuego y lo hizo, además, de titular. Fueron 75 minutos de juego -fue reemplazado por Canales- en una aparición discreta, como lo es el propio jugador en boca de quienes le conocen.

De momento seguirá entrenando y jugando con el filial, pero todo apunta a que tiene opciones de entrar en los planes de Eusebio Sacristán para jugar con el primer equipo. Puede que dé el salto y se haga un sitio en el once inicial.

Al margen del fútbol, Guridi acaba de comenzar la carrera de Magisterio deportivo online, por falta de tiempo para compaginar los estudios con sus obligaciones deportivas. Para conocer más de cerca a este zurdo envidiable y con una gran visión de juego, pulsamos la opinión de diferentes personas que le han conocido a lo largo de su trayectoria, desde sus comienzos en el fútbol escolar, pasando por el club local, el Lagun Onak, hasta el responsable del club de pelota Ilunpe, de Azpeitia, donde ganó una txapela además de varios trofeos y a uno de sus más fervientes seguidores, su padre. A través de ellos, y de los amigos de la cuadrilla, sabremos más de un chaval que ha llegado sin hacer ruido, a base de trabajo y más trabajo, a debutar en la Real.

Jorge Viles | Entrenador escolar

«Siempre estaba dispuesto a ayudar»

Jorge Viles conoce a Guridi desde bien pequeñito, desde cuando entrenaba a los chavales en deporte escolar, en categoría alevín. Viles fue el técnico del equipo de Karmelo Etxegarai Ikastola, donde estudiaba Guridi. «Le gustaba mucho el fútbol y físicamente se le veía bien aparte de la técnica que tenía. Además, era aplicado y quería mejorar», cuenta. El equipo de la ikastola llegó a disputar la final de Gipuzkoa, recuerda Viles. A estas edades, «el deportista es el líder», relata el entrenador, «y Jon, al ser el líder del equipo, tenía buena relación con todos. Siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás».

Algo vio el entrenador en el chico rubio de pelo rizado que cuando el club de fútbol local, el Lagun Onak, solicitó un informe de sus jugadores para una preselección en sus filas, Viles remitió la siguiente nota. «Es el jugador con más condiciones del equipo. Tiene grandes condiciones físicas, tanto resistencia como velocidad, buena técnica individual, muy buen toque, trabajador... Aunque es el líder del equipo, siempre está dispuesto a trabajar por el bien del grupo, no es individualista, hace jugar al grupo, es disciplinado. Además de aprovechar su superioridad física, ve el fútbol antes que los demás. Actualmente está en una escala superior al resto de sus compañeros».

Juan Luis Urbieta | Delegado del Lagun

«Podía jugar hasta de portero, era muy completo»

Juan Luis Urbieta lleva muchos años en el Lagun Onak. En la temporada 89-90 fue directivo del club hasta 2012 y actualmente sigue dedicado al fútbol en Garmendipe. Ha visto pasar a muchos futbolistas por el club azpeitiarra. «Mikel Aranburu, Mikel Labaka, Jagoba Beobide, Xabier Alberdi... cientos de partidos», donde «algunos han llegado a lo más alto y otros se han quedado en el Sanse, Eibar o Real Unión. No todo termina en Donostia», dice. Recuerda también al hermano de Guridi, Alain, «era muy bueno. Ha jugado hasta hace pocos años en el primer equipo del Lagun Onak, en Tercera, y, aunque le animamos para que siguiera, prefirió retirarse».

A todos ellos se les veía «algo diferente». En el caso de Guridi, Urbieta intuía que podía llegar lejos. «Llegan muy pocos, pero siempre se ha comentado que tenía clase», asegura. Este apasionado del fútbol recuerda a Guridi en alevines. «El Lagun Onak le fichó en la temporada 2006-2007 y en la siguiente le llamaron de la Real. En aquella época jugaba los partidos escolares, estaba federado en el Lagun Onak y acudía a torneos con el equipo donostiarra». Le describe como un chico muy alto para los doce años, buen cuerpo, rubio, fino y que jugaba en cualquier puesto. «Podía jugar hasta de portero, era muy completo».

Guridi estuvo tan solo una temporada en el Lagun Onak, pero Urbieta ha seguido sus pasos. «Veo que ha hecho cuerpo. Era un palillo cuando le conocí. Ha evolucionado. Es una chaval que puede jugar en dos o tres puestos diferentes, de media punta, detrás». Como no podía ser de otra manera, no se perdió el partido contra el Alavés. «Jugó de menos a más. Empezó nervioso, intentando coger sitio, pero luego se asentó en la segunda parte del encuentro. Personalmente me dejó muy sorprendido».

Al margen del fútbol, «siempre ha sido sencillo y humilde. Muy tímido». Destaca también sus condiciones físicas, «además de jugar a fútbol, en la ikastola le obligaban a hacer más deportes y Guridi era muy bueno corriendo, a pelota...».

Iñaki Azkargorta | Entrenador

«Tenía toque y era muy bueno de cabeza»

Actualmente entrenador del equipo juvenil de primer año en Zarautz, Iñaki Azkargorta, exjugador azpeitiarra que militó en Segunda División con la Real Sociedad, Burgos, Tenerife, Lérida o Girona, fue el preparador de Guridi en la temporada 2006-2007 en el Lagun Onak. «Fue una temporada muy buena. Una buena hornada», recuerda Azkargorta. «Estaban además de Guridi, Ignacio Otaño -compañero en la Real, el portero se encuentra ahora cedido al Real Unión-, Gereta, Iturralde..., pero tan sólo le tuve un año. En seguida se lo llevaron a Donostia.

Azkargorta destaca su gran habilidad con el balón. «Tenía un buen toque y era muy bueno de cabeza». De los 13 o 14 goles de aquel año «once fueron de Guridi», asegura el técnico azpeitiarra.

Azkargorta estaba seguro de que este chaval espigado «llegaría lejos. «Siempre decía en la cuadrilla que Guridi jugaría en e l primer equipo», pero prefiere ser cauto, «aún ha disputado un solo encuentro y habrá que ver su progresión». Aunque apenado, no ha podido ver los encuentros con el Sanse o incluso el debut de Guridi debido a que «los fines de semana me coinciden siempre con los partidos de mi equipo, pero sé que corrió bastantes kilómetros, como un galgo, como de costumbre», dice refiriéndose al encuentro en Mendizorroza.

Jesús Ruiz de Argandoña | Ilunpe

«Era parecido a Aranburu jugando a pelota»

Ya retirado, Jesús Ruiz de Argandoña 'Keuttin', ha sido durante muchos años el alma mater del club de pelota Ilunpe de Azpeitia. Por el Frontoi Txiki han pasado la mayoría de chavales indecisos entre el fútbol y la pelota. Lo hicieron también Mikel Aranburu o Mikel Labaka. «Era muy parecido a Aranburu. Sin mucha fuerza pero siempre bien colocado y cuando menos lo esperabas, llegaba el tanto», pero a la vez, «muy calladito, le faltaba genio». Aunque siempre ha tenido en mente acudir a Zubieta a presenciar un partido «al final ha debutado sin que le vea», dice.

Durante los cerca de tres años que el pequeño Guridi jugó a pelota, llegó a ganar varios trofeos e incluso una txapela. Preguntado por alguna anécdota, 'Keuttin' asegura que «para recordar anécdotas hay que hacer alguna travesura y Guridi no se andaba con muchas travesuras, era muy serio. Eso sí, he oído que es zurdo, pues jugando a pelota era diestro».

Imanol Guridi | Padre

«Dije que me dejaría bigote cuando Jon subiera»

De lo que no podrá quejarse Jon Guridi es de que su familia no le haya apoyado en todos sus pasos. Su padre, Imanol, y su madre, María Jesús, con la compañía también de Alain, su hermano, le han seguido a todas partes. El hombre con bigote que le acompañaba a todos lados es su fan número uno. Ha estado en todos los torneos que ha disputado su hijo hasta la categoría senior. Y tiene un buen recuerdo de muchos de ellos, como la final de Brunete, en la temporada 2006-2007, cuando pasaron un fin de semana en Madrid. Quedaron subcampeones tras caer 4-2 ante el Villarreal. Sin duda, para el progenitor la experiencia más bonita fue «la liguilla de la Youth League, donde los juveniles tuvieron la oportunidad de jugar en contra el Bayer Leverkusen, Manchester United y Shartak Donetsk. Cayeron en octavos de final ante el Schalke 04», recuerda su padre.

Poquito a poquito ha visto cómo su hijo se ha ido abriendo hueco en el mundo del fútbol. Sin embargo, los últimos acontecimientos los han vivido en casa «con mucha emoción y demasiados nervios». Pero el chaval «está contento y eso es lo que cuenta».

Se da la circunstancia de que Guridi debutó con el primer equipo el mismo día del aniversario de la muerte del abuelo materno, por lo que, como suele ocurrir en estos casos, la emoción es aún mayor. El propio jugador también estaba nervioso la mañana de la cita, incluso «no desayunó en condiciones». A medida que fue pasando el día y al finalizar el encuentro, «era otra cosa. Fue un día redondo para Jon».

Ahora que su hijo ha debutado en Primera, a Imanol Guridi le queda una promesa por cumplir. «A la vuelta de un torneo nos enteramos por la radio que la Real había descendido a Segunda. Yo, que siempre he llevado bigote, prometí que el día que subiera de nuevo, me lo quitaría y así lo hice. Pero también dije que me lo volvería a dejar cuando Jon subiera», por lo que el progenitor muestra ahora un incipiente bigote de pocos días. «Las promesas hay que cumplirlas».

Ander Beobide | Amigo

«Es amigo de sus amigos y, sobre todo, muy humilde»

Si bien todos en el entorno de Guridi y los que le conocen en su faceta futbolística de varios años atrás coinciden en que es muy serio, callado y tímido -incluso en una charla de la Real Sociedad infantil durante una entrega de premios le calificaron como 'el hombre de hielo'-, para su amigo Ander Beobide no lo es tanto en las distancias cortas. «Es un gran amigo de sus amigos, se lleva bien con todos. Callado y de confianza, es tímido pero entre nosotros no lo es tanto. Es mucho más animado y alegre de lo que parece».

La cuadrilla de amigos azpeitiarra se enteró del debut de su amigo con el primer equipo por un whatsapp que envío el propio Guridi al grupo. Cuando supieron que posiblemente debutaría en Gasteiz, se pusieron manos a la obra. «Algunos no pudimos ir a Mendizorroza porque teníamos partido bien de fútbol o de baloncesto», dice, pero de la veintena de integrantes que conforman el grupo de amigos, accedieron catorce al campo babazorro para asistir en directo al debut de sus amigo. «Algunos ni siquiera habían visto un partido de fútbol en su vida y pagaron 80 euros por verle»

En el momento que vieron a Guridi saltar al campo, allí estaban con una gran pancarta que en la que se podía leer. 'Ametsak egia bihurtzen. Izar berri bat piztu da' -los sueños convertidos en realidad. Ha nacido una estrella-. Que brille.

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