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IMANOL AGIRRETXE, JUGADOR DE LA REAL SOCIEDAD
El delantero de Usurbil vive un momento clave en su carrera. En Córdoba marcó su tercer gol con la Real y cuentan con él para el primer equipo.
9 de enero de 2009
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JORGE F. MENDIOLA.-

- Trabajará con el primer equipo hasta final de temporada.

- Es un paso más. Estoy muy contento de poder estar ya con los mayores, como se suele decir.

- Ha sido un proceso largo.

- Sí. No es fácil dar el salto al primer equipo. Hay que trabajar mucho y bien. En mi caso, llevo tres o cuatro años haciendo pretemporadas. Siempre parecía que sí, pero no terminaba de llegar. Ahora ya estoy y voy a aprovechar esta oportunidad.

- Ha llovido mucho desde su debut en 2005. ¿Esperaba tardar tanto tiempo en alcanzar la cima?

- Nunca sabes. Ya digo que lo ves muy cerca cuando empiezas a concentrarte en verano con el equipo. La verdad es que ha sido un poco largo, pero he sido paciente y he seguido trabajando igual.

- ¿Perdió la esperanza en algún momento?

- Nunca. Al principio estás como en una nube, con mucha ilusión. Ya llevo algunos años y sé de lo que va esto. Trabajas y continúas con tu formación como futbolista a la espera de una oportunidad, que al final siempre llega.

- En este tiempo ha visto cómo otros canteranos le adelantaban por la derecha. Es el caso de Díaz de Cerio.

- El año que subió al primer equipo, Iñigo hizo un temporadón increíble en el Sanse y conseguimos entrar en el play-off de ascenso. Se lo ganó merecidamente y así lo ha demostrado después. El club vio que el suyo era un perfil más ajustado a lo que se necesitaba en ese momento o quizás pensaron que yo tenía que crecer más.

- ¿Supuso una decepción?

- No. Veía la posibilidad, pero asumí la decisión con deportividad y me centré en mi trabajo. Iñigo es tres años mayor que yo. En esa época yo tenía 19 y sabía que tenía que trabajar mucho para sentirme mejor futbolista.

- Aterrizó en Zubieta en edad juvenil procedente del Athletic. ¿Dónde empezó a dar patadas al balón?

- Del colegio fui al Antiguoko y estuve allí tres o cuatro años. Al terminar mi etapa de infantil de honor fui al Athletic a hacer los dos años de cadete. Y en el primer año de juvenil me vine a la Real.

- José Mari Amorrortu, entonces director de la cantera rojiblanca, se empeñó en ficharle.

- En infantiles ya había participado en algún torneo en Lezama. En aquella época, el Antiguoko era club convenido del Athletic. Solía ser él quien me llamaba para ir a determinados partidos.

- Luego volverían en encontrarse en Zubieta pero, ¿quién promovió su regreso a la Real?

- Roberto Olabe. Cuando vine aquí él era el director deportivo y, casualidades de la vida, Amorrortu fue nombrado entrenador del primer equipo y yo estaba en el Sanse. Volvió a apostar por mí, me subió a entrenar con los mayores y me hizo debutar.

- ¿Qué le impulsó a cambiar Bilbao por San Sebastián?

- Cuando iba a dar el salto a juveniles tenía propuestas de varios equipos. Luego vino la Real con un proyecto deportivo ilusionante. Yo siempre he sido de la Real, esto me tira muchísimo y, ante la posibilidad de volver a casa y jugar en la Real, no me lo pensé demasiado.

- ¿Se le puede considerar un jugador robado al Athletic?

- Fue una decisión mía y de nadie más. Cada uno me ofrecía una cosa y simplemente elegí. En mi caso, no creo que pueda hablarse de robo.

- ¿Con cuántos años se marchó al Athletic?

- Con 13. Fui solo. Vivía en una residencia. Aquella experiencia me ayudó a hacerme como persona. Maduré mucho en muy poco tiempo, porque hay una gran diferencia entre tenerlo todo hecho y tener que hacértelo tú.

- Y a la Real llegó ya convertido en un señor...

- Eso decía mi madre (risas).

- ¿Se siente más adulto que sus amigos de 21 años?

- Sí. He tenido experiencias que ellos no han tenido, como irme solo a Bilbao con 13 años o vivir cinco meses en Castellón. Eso te obliga a crecer deprisa. Pero ellos también habrán hecho cosas que yo no hice.

- ¿Siempre ha sido delantero?

- Siempre.

- Por lo que cuenta, ¿es Amorrortu el técnico que más ha marcado su carrera?

- Puede ser. Ha participado en dos momentos muy importantes de mi vida: me fichó para el Athletic y me dio la oportunidad de debutar en el equipo de mi vida, la Real. Es el entrenador que me encaminó y le estoy muy agradecido.

- ¿Mantienen el contacto?

- Alguna vez hemos hablado, pero últimamente poco.

- ¿Cómo fue la aventura en el Castellón?

- No voy a decir que buena porque deportivamente no lo fue. El hecho de no jugar me hizo dar valor a otras cosas que antes no valoraba. Aprendí mucho de los malos ratos.

- Bakero solía referirse al 'otro fútbol' para justificar las cesiones.

- En Castellón lo descubrí. Y aprendí a valorar lo que tenemos aquí. Las instalaciones eran mínimas, con el estadio y un campo para entrenar en el que no siempre se podía jugar. No era ni la quinta parte de Zubieta.

- Defínase.

- Soy un delantero al que le gusta ayudar al equipo, dando juego y salidas cuando hay atasco. Y haciendo goles, si se puede.

- ¿Remata con las dos piernas?

- Sí. Y con la cabeza. No destaco en nada pero me defiendo en todo.

- ¿En qué debe mejorar?

- En todo. Soy muy joven y tengo que progresar. Entrenar con compañeros de tanta calidad es importante porque coges cosas de cada uno.

- Dicen que es un jugador frío.

- Es mi forma de ser y se transmite en el campo. Siempre he sido así y por muchas cosas que aprenda seguiré jugando igual porque soy así. A veces es bueno ser frío.

- ¿Por ejemplo?

- El otro día en Córdoba el balón llegó un poco forzado para rematar con la zurda. Controlé y disparé rápido con la derecha. Esa sangre fría me sirvió para marcar.

- ¿Le hizo más ilusión ese gol o el que le metió al Málaga?

- Ilusión y mucha me hizo el primero, pero este último ha sido el que con más ganas he celebrado. En los dos anteriores tuvimos que coger el balón y correr al centro del campo porque íbamos perdiendo. Pero en Córdoba solté mucha adrenalina al abrazarme a todo el equipo porque era el gol de la victoria, aunque luego nos empataron en el descuento. Fue una pena.

- ¿En qué delanteros se fija?

- Mi ídolo de niño era Kovacevic. Yo soy de la Real y él ha sido una referencia para mí. Ahora me gustan Ibrahimovic y Kanouté, sobre todo cómo bajan los balones.

- Se fija en los grandes...

- Corpulentos y con técnica. Tienen mucha calidad, lo hacen fácil y hacen jugar al equipo.

- Con Lillo ha jugado en diferentes posiciones. ¿Tiene alguna preferencia?

- El míster ha buscado ponerme de punta o de enganche según transcurriera el partido. Yo estoy cómodo en ambas posiciones. En el Sanse he jugado alguna vez por la izquierda, pero me veo más por el centro.

- ¿Llegará a entenderse con Necati tan bien como lo hacía con Díaz de Cerio?

- Con Necati no he coincidido mucho sobre el césped y en Córdoba me cambiaron por él. En los entrenamientos nos va bien. Con Iñigo jugué todo el año del play-off y nos entendíamos a la perfección, casi sin mirarnos. La verdad es que aquella temporada fue muy buena para nosotros dos y el resto del equipo.

- ¿Fue la mejor de su vida?

- Sí. Hicimos una campaña muy completa.

- El empate de Córdoba fue un palo, pero la Real sigue en la pelea...

- El equipo está bien. Siempre tenemos opciones de ganar los partidos. Veo al grupo muy entero. Trasmite seguridad y eso la gente lo agradece porque juega más cómoda.

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