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Munuera Montero muestra la tarjeta amarilla a Carlos Fernández por la mano que cometió en el partido entre el Atlético de Madrid y la Real Sociedad. Reuters
Para Munuera, la mano de Carlos no es «consecuencia del movimiento de su cuerpo»
Polémica

Para Munuera, la mano de Carlos no es «consecuencia del movimiento de su cuerpo»

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La normativa establece que el jugador comete penalti si pretende «ocupar más espacio de manera antinatural» gracias a su brazo

Gaizka Lasa

San Sebastián

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Lunes, 9 de octubre 2023, 11:32

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El entorno de la Real sigue hoy indignado por el penalti señalado por Munuera Montero ayer en el Metropolitano y el debate se centra en la casuística de las manos dentro del área. Existe un reglamento, pero la conclusión generalizada no solo en la afición sino en los propios jugadores, de la Real, del Atlético y de todos los equipos, es la de que impera la interprestación subjetiva del colegiado.

No obstante, cabe exponer cuál es la regla escrita. La normativa explica que será mano cuando «se posicionen de manera antinatural y consigan que el cuerpo ocupe más espacio». Y desarrolla esta idea. «Se considerará que un jugador ha conseguido que su cuerpo ocupe más espacio de manera antinatural cuando la posición de su mano o brazo no sea consecuencia del movimiento de su cuerpo en esa acción concreta o no se pueda justificar por dicho movimiento. Al colocar su mano o brazo en dicha posición, el jugador se arriesga a que el balón golpee esa parte de su cuerpo y esto suponga una infracción».

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Parece evidente que en el caso de Carlos Fernández, la posición de su brazo en el momento en el que el balón impacta en el mismo sí es consecuencia del movimiento de su cuerpo, puesto que cae al suelo, totalmente desequilibrado, hasta de espaldas a la jugada, y solo piensa en levantarse rápidamente para ayudar a sus compañeros en una jugada de peligro.

Ocurre lo que apuntó en su día el presidente del Comité Técnico de Árbitros, Velasco Carballo: que las manos «son un hecho subjetivo y solo le corresponde al árbitro interpretar si es un hecho natural o antinatural. Debemos aceptar y respetar su decisión». Puede, por tanto, existir una norma o tipificación escrita, que a fin de cuentas es el señor colegiado quien señala lo que considera.

La regla establece que «un jugador ha agrandado su cuerpo de forma anormal cuando la posición de su mano/brazo no es consecuencia de, o justificable por, el movimiento corporal del jugador para esa situación específica».

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