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Miércoles, 17 de mayo 2023, 02:00
Basta charlar con un exjugador que defendió la camiseta txuri-urdin bajo el mandato de Iñaki Alkiza para conocer la impresión de todos. Pocas causas concitan tanta unanimidad. La pregunta abierta sobre la figura del presidente genera, en el cien por cien de los interlocutores, respuestas estructuradas de la misma manera. Primera mención a la calidad de la persona –«cercana y amable»– y luego todo lo demás.
John Toshack Entrenador de la Real
Desde Barcelona y con cariño se refiere John Toshack a la figura del presidente que le trajo a la Real Sociedad por partida doble, primero en 1985 y después, tras dos años en el Real Madrid, en 1991. El galés, que vivió años inolvidables en Donostia, expresa a través de DV su pesar por el fallecimiento de su presidente. «Siempre estaré eternamente agradecido a Iñaki. Fue el hombre que me trajo a la Real en el año 85 y por eso ha sido de las personas más importantes de mi carrera deportiva». Siempre le recordará como «una gran persona, que trabajó muchísimo por la Real, tomando decisiones en situaciones muy complicadas». Compartió con él muchas de ellas, lo que les llevó a tener una relación muy cercana. «Siento mucho su pérdida. Una gran pena. Quiero transmitir un abrazo a su hijo Bittor y a toda su familia».
John Aldridge Primer extranjero
La consternación por la noticia llegó ayer hasta Liverpool. Desde allí quiso pronunciarse John Aldridge, primer fichaje extranjero de la Real Sociedad en la época moderna, fruto de una decisión del propio Alkiza. «Me he quedado impactado. Era una persona adorable. El presidente que mejor me ha tratado. Nunca olvidaré lo que hizo por mí y por mi familia cuando vinimos a Donostia. Siempre estuvo pendiente. Al principio, en el momento del fichaje, pensé que era normal por lo novedoso de incorporar al primer extranjero. Pero cuando fue pasando el tiempo, ya sin la repercusión mediática, fue cuando realmente le conocí. Lejos de alejarse, se fue acercando. Me preguntaba qué necesitaba, cómo podía mejorar nuestra estancia y qué podía hacer para que estuviéramos más cómodos. No exigía. Ofrecía». El delantero inglés sostiene, ya en un segundo plano, que «le tengo que estar agradecido por permitirme jugar en un club como la Real, en un estadio como Atotxa y una ciudad como San Sebastián porque fue él quien cambió la política del club y podía haber elegido a cualquier otro futbolista. Me sorprendió gratamente en el primer contacto cuando vinieron a por mí, pero más aún después mientras duró mi etapa en el equipo».
Luis Arconada Portero de la Real entre 1975 y 1989
Luis Arconada era el capitán del equipo cuando Alkiza accedió a la presidencia y la relación entre ambos fue estrecha y fluida. «Iñaki era una persona muy cercana y muy querida por todos nosotros», valora a nivel humano antes de ninguna otra consideración. Como emblema de la entidad txuri-urdin que sigue siendo, y con la perspectiva histórica que tiene, el exjugador también valora que «durante su etapa de presidente le tocó acometer cambios muy importantes en el desarrollo del club». Por todo lo que aportó institucionalmente y por su trato cercano con las personas que han pasado por el club, concluye que «hablamos de una gran pérdida».
Juanan Larrañaga Jugador de la Real entre 1979-1994
Juanan Larrañaga conoció desde el primer equipo realista todos los años de mandato de Alkiza y no duda a la hora de trazar su perfil. «Sobre todo una buena persona. Eso lo primero. A partir de ahí, se puede decir que no dejó titulares pero realizó un gran trabajo a favor de la Real, además en un momento de cambio. Abrió las puertas a los extranjeros. Fue valiente y cuando vio que el club necesitaba algo más dio ese paso adelante. También se implicó en la evolución hacia una sociedad anónima y estuvo en el origen de lo que fue el proyecto del estadio de Anoeta. Lo dicho, sin dar titulares pero trabajando mucho».
Como futbolista del primer equipo de la Real, asegura que «el presidente tenía mucha cercanía con los jugadores. Venía a hablar con nosotros y cuando viajaba, lo hacía entre nosotros. Todos sabíamos que no teníamos más que pedirle algo si lo necesitábamos. Era muy buena persona para nosotros». No destaca una actuación por encima de otras porque «él no era de cosas especiales, todo lo hacía desde la normalidad. Si alguien necesitaba algo o tenía algún problema, lo suyo era resolverlo dentro de la normalidad del día a día, sin sacar ruido. Los futbolistas lo recordaremos como ese presidente siempre dispuesto a ayudar con quien pudimos tener una relación cercana».
La vinculación de Larrañaga con la familia Alkiza fue más allá del trato jugador-presidente. «Yo también jugué con su hijo Bittor y sigo teniendo relación con él. Cuando coincidíamos, salía el tema de qué tal su padre. Teníamos pendiente una comida con él pero la pospusimos cuando empezó a empeorar su salud y se ha quedado ahí. Bittor tiene mucho de su padre en su manera de ser. Buena persona y cercana. Muchas veces el fútbol o los triunfos en la élite cambian a la gente, pero los Alkiza no han cambiado nada. Han seguido siendo los mismos».
Luis Fernando Dadíe Jugador de la Real entre 1985 y 1991
Desde que llegó a la Real en juveniles, Luis Fernando Dadíe tuvo a Iñaki Alkiza como presidente en su etapa txuri-urdin. Le define como «persona cercana y entrañable, con quien no conocimos lo que era la crispación, todo lo contrario. Se preocupaba por nuestras cosas personales. Le recuerdo, por ejemplo, llamándome por teléfono cuando estaba lesionado o acercándose a preguntar qué tal estaba cuando iba a Zubieta a vernos. Eso ha hecho posible que a posteriori hayamos tenido una buena relación. En mi caso, además, teníamos gente conocida en común porque era de Altza y las conversaciones con él pocas veces giraban en torno al fútbol. Primaba lo personal».
El pasaitarra recuerda que «el contacto con todo un presidente empezó ya como juvenil. Y luego, cuando había que abordar temas contractuales, todo se hacía en la oficina de la calle Prim y allí solía estar. Iba a ver los partidos hasta del juvenil. Para cuando subías a Primera era como una figura ya conocida y cercana, que ya se había preocupado por ti antes».
Iñaki Alaba Jugador de la Real de 1988 a 1990 y de 1991 a 1995
Dentro del afecto generalizado que Alkiza ha suscitado entre los futbolistas, algunos casos revelan lazos más íntimos. Iñaki Alaba reconoce que «mi relación con él fue muy especial por su comportamiento humano en el momento en el que tomé la decisión de abandonar el fútbol. Fue en 1990. Por motivos personales decidí dejarlo en mi tercer año en la Real. Se lo comuniqué un día en Atotxa al propio Alkiza, que estaba junto al entonces vicepresidente, Luis Arconada, y el míster, Marco Antonio Boronat. Les dejó un poco en shock. Pero su reacción fue apoyarme en todo momento. De hecho, él me acompañó al vestuario a comunicarlo a los compañeros. Yo no podía ni hablar y él lo explicó con naturalidad. Al inicio tuve con él una relación de futbolista-presidente, pero luego fue más de amigos. Coincidimos en la asociación de exjugadores. En momentos duros para mí me transmitió mucho cariño, el mismo que le guardo yo. Me ha dado mucha pena su fallecimiento. Le definiría como una persona con gran sentido del humor y un profundo sentimiento realista».
Alberto López Portero de la Real de 1992 a 2006
El guardameta irundarra subió al primer equipo bajo la presidencia de Iñaki Alkiza, de quien destaca «su sencillez como persona, en el buen sentido de la palabra, su afabilidad y su faceta de gran trabajador. Hoy en el fútbol las personas de ese rango pueden llegar a tener como un estatus diferente pero Iñaki era de lo más cercano al jugador que podía haber. De hecho, es lo más cercano que yo conocí de la estirpe de aquel equipo ganador que venía de los ochenta, de ese ciclo glorioso».
Beñat Arnaiz
En el plano personal, como hacía con todos los jugadores, con Alberto también tuvo sus detalles. «Conmigo particularmente, como portero que era, tenía comentarios cercanos después de los partidos, lo cual se agradecía en mi demarcación. También coincidí con su hijo Bittor tanto en el Sanse como después en el primer equipo. Para él tuvo que ser complicado sobrellevar esa circunstancia pero lo tomó con su habitual naturalidad. Como todo lo que hacía. Alkiza era lo que significa la Real Sociedad. Cercano. Muy de casa, en el buen sentido. Por eso hoy es un día duro para la familia txuri-urdin».
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