Los grandes logros nunca son una casualidad. La Copa conseguida por la Real masculina es la recompensa a unos valores bien definidos y a años de trabajo bien hecho y perseverancia. Pone fin a 34 de sequía con un título que la afición de Gipuzkoa anhelaba, especialmente muchas generaciones de jóvenes a las que la final de La Romareda les quedab
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