Para competir y mantenerse en Segunda no se requiere de grandes virtudes técnicas, pero sí de experiencia, oficio y de curtirse en mil batallas. Al Sanse le sobra una y le falta la otra. Eso le ha acabado de alejar del sueño de la salvación. Este lunes le tocó ver nuevamente la cara fea del fútbol en Girona (2-0). Un penalti claro cometido po
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión