Diego Rico (Burgos, 1993) lleva dos meses de dulce desde el partido en Leipzig. Una rotura en el aductor complicó su aterrizaje en la Real pero con trabajo y paciencia le ha dado la vuelta. De pequeño le enseñaron a no rendirse y lleva esa máxima grabada a fuego. Ahora disfruta del momento que vive, que cree muy cercano a aquel que en 2018 le l
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