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real sociedad
John Toshack: «Aquella Copa es lo más especial que me ha pasado en toda mi carrera»
30 aniversario del título de copa, El técnico galés todavía se emociona cuando recuerda detalles de aquellos días, en especial del recibimiento que el pueblo guipuzcoano tributó al equipo campeón de Copa
PEDRO SOROETA | SAN SEBASTIÁN.
El martes se cumplen treinta años, pero todavía se emociona cuando lo cuenta. John Toshack sabe que aquella final de Zaragoza marcó un antes y un después para la Real Sociedad, pero también para él mismo. En su memoria privilegiada se acumulan los recuerdos de aquellos días.
- He vivido muchas cosas en el fútbol, grandes victorias, muchos títulos, pero si soy sincero tengo que reconocer que lo que viví con la Copa de Zaragoza es lo más especial que me ha pasado en el fútbol. Tengo en la cabeza muchas imágenes que no se me irán nunca y que, de verdad, me hace emocionarme cuando las recuerdo.
- Siempre ha dicho que aquel título fue más que una Copa.
- De verdad que aquello fue lo más hermoso de mi carrera. Una final tan bien jugada y emocionante, los penaltis, el mar blanquiazul y, sobre todo, el recibimiento. El paso por Gipuzkoa me llegó al corazón, las paradas en los pueblos, los abrazos a los jugadores cuando pasaban delante de sus paisanos... Aquel día entendí lo que significa la Real Sociedad, me di cuenta de que era un club muy especial.
- Pero no solo fue eso.
- Es verdad. Aquel título cambió la historia. Tal y como estaban las cosas, tal y como había ido la temporada, con muchas dificultades personales, es posible que, de no ganar esa final, yo no hubiese seguido en la Real. Y mira lo que es el fútbol, un penalti, un tiro, una parada y la historia da un giro total para la Real Sociedad primero, y luego para mí también. Hubo un momento a lo largo de la temporada en que cada decisión que yo tomaba se convertía en un problema, pero siempre intenté hacer lo mejor para el club. Muchas veces hubiera sido más fácil no hacer nada, pero yo tenía que hacer lo que debía. Al final, el título de Copa lo cambió todo.
- Como dice, fue una gran final.
- Desde luego, y atípica. Normalmente las finales son cerradas, con juego poco vistoso, pero el partido fue vibrante. Nos adelantamos dos veces con los goles de Roberto y Txiki y nos empataron las dos. El calor era asfixiante, casi no se podía respirar y tuvimos que jugar una prórroga. El ambiente te ponía los pelos de punta. Marcamos los dos goles en la portería en la que estaba la mayor parte de nuestra afición. Era un mar blanquiazul impresionante.
- Sorprendió con la alineación.
- Bueno, el sistema era conocido. Metimos a Dadie de libre y jugamos sin un nueve claro, para que luego digan que lo que se llama ahora 'nueve falso' es algo nuevo... Nuestro hombre más adelantado era José Mari Bakero. La Real tenía un gran equipo, con ocho jugadores internacionales. Jugamos con Arconada; Górriz, Dadie, Gajate; Sagarzazu, Larrañaga, Rekarte; López Ufarte, Zamora, Txiki y Bakero. Luego entraron el gran Musti Mujika
y Martín Begiristain. Fíjate cómo ha cambiado el fútbol. Trece guipuzcoanos en la alineación de la Real que gana una final de Copa al Atlético de Madrid.
- Enfrente, un veterano como Luis Aragonés.
- Sí. Siempre tuve un gran respeto a Luis. Yo era un novato y él todo un maestro. Al final pudimos ganar aquel partido.
- Le recuerdo en el banquillo con su camiseta de rugby azul y blanca a rayas horizontales que regaló a toda la plantilla.
- Sí, es verdad. Y te voy a decir una cosa. Tenía un gran cariño a esa camiseta, la guardaba con mucho cariño, pero hoy es el día que no sé dónde está. No sé cómo la he perdido y me da mucha pena.
- Después de la prórroga llegaron los penaltis, que tienen su historia...
- Desde luego. Cuando llegó el momento de decidir quiénes lanzaban los penaltis, algunos jugadores se escondieron un poco y otros ya se habían quitado las botas... Zamora y López Ufarte no podían tirar porque habían sido sustituidos. Pero daba igual. En esos momentos es mejor tener un voluntario que diez obligados. Lanzaron Martín Begiristain y Musti Mujika, que habían salido en la segunda parte, Bakero y Larrañaga. El quinto era Gajate, pero no hizo falta que lanzara.
- Arconada detuvo el cuarto del Atlético de Madrid, que antes ya había fallado uno.
- Al final, en una tanda de penaltis lo más importante no es quién lanza, sino quién es el portero, porque es el único que interviene en los cinco lanzamientos. Nosotros teníamos a Arconada y eso me daba una tranquilidad enorme. Sabía lo que suponía Arconada para nuestro equipo y también para el Atlético. Estaba seguro de que Luis no iba a dejar escapar la posibilidad de ganar la Copa, otro título unos años después de las dos ligas. Y así fue. Arconada paró el cuarto penalti. El título era de la Real. Y ahora, treinta años más tarde, me acuerdo sobre todo de los que no están, el gran Musti Mujika y Javier Sagarzazu, que en paz descansen.
- Usted dice que estaba tranquilo, pero lo cierto es que cuando Arconada detuvo ese lanzamiento se quedó en blanco.
- Y de verdad. Me dio un 'black out'. Me fui al vestuario, cogí una cerveza y me senté en el suelo. Estaba solo en el vestuario. Escuchaba a los jugadores y a los aficionados entonar el 'campeones, campeones'. Sentí una paz interior, una gran tranquilidad. Tenía una alegría inmensa. Y allí me quedé.
- ¿...?
- Pasó el tiempo y me extrañaba que los jugadores no volvieran al vestuario... Hasta se me olvidó que había que subir al palco a coger la Copa y las medallas. Fueron momentos increíbles, que me emociona recordar aunque hayan pasado treinta años.
- Decía antes que aquella victoria cambió el rumbo de la Real.
- Es verdad. Al año siguiente hicimos una temporada excepcional. En el 87, cuando ganamos la Copa, tuvimos un camino relativamente sencillo. Eliminamos, creo recordar, a Cartagena, Villarreal -que no tenía nada que ver con el de ahora-, Eibar y Athletic. Recuerdo que en Atocha, en la semifinal, acabamos con nueve, por una expulsión y un lesionado. Empatamos a cero y la gente se quedó un poco triste, mientras en Bilbao ya casi celebraban el pase a la final, pero yo sabía que aquel 0-0 no era malo y en la vuelta, con gol de Bakero, nos metimos en la final. Al volver de Bilbao paramos a cenar en una sociedad de Eibar y todo el mundo estaba eufórico. Cuando llegamos a San Sebastián era de madrugada, ya había cerrado hasta Bataplán... (se ríe).
- El año siguiente llegaron de nuevo a la final, pero...
- La Copa fue mucha más complicada. Primero eliminamos al Sporting de Ablanedo, Abelardo, Eloy... Luego nos tocó el Atlético de Madrid de Menotti, en donde jugaban Eusebio y López Ufarte. Les eliminamos. Y en semifinales ganamos al Real Madrid, venciendo 0-4 en el Santiago Bernabéu. Aquel día, lo nunca visto, el Bernabéu aplaudió a la Real. Luego vino la final contra el Barcelona y otra vez Luis como entrenador rival. No jugamos bien, y un gol de Alexanko impidió que hiciéramos el doblete. Pero el equipo hizo una temporada increíble, logrando el subcampeonato también en la Liga.