¿Le apetece jugar ante algún rival en especial en la Europa League?
No hay viaje ni equipo feo. Me dan igual los rivales porque todos los partidos van a ser bonitos en Europa. Sabemos que nos tocará un coco y otros dos que también tendrán su dificultad. En mi caso va a ser la primera vez que juego en la Europa League y estoy como loco de ganas. Desde el ascenso he jugado Champions y previas de Europa, pero nunca Europa League. Recuerdo que en la Champions íbamos al campo con escalofríos, así que imagínate ahora poder jugarlos y con la camiseta de la Real. La ilusión que tenemos es máxima.
¿Es factible hacer un buen papel en Europa vista la dificultad de tiene poder lograr algo en la Liga?
Como en la Copa, hay que tener una pizca de suerte con los cruces, pero estoy convencido de que se puede llegar lejos. La ilusión por hacer algo importante no nos la va a quitar nadie. Tenemos ejemplos en la Liga de equipos que en la Europa League han llegado muy lejos y no creo que seamos menos que ellos. Tenemos la oportunidad y el equipo, si tenemos un pelín de suerte, puede llegar lejos. No podemos conformarnos con poco.
Ha posado delante del mural que recuerda el último título de la Real, la Copa de 1987, del que se cumplen treinta años, los mismos que tiene usted. ¿Cuántas veces ha soñado con repetir esa escena?
Muchas. Ese triunfo fue muy importante para la Real. La gente que lo vivió lo recuerda como algo muy especial. Poder ganar un título y celebrarlo para nosotros sería lo máximo.
Pero no solo es ganar títulos, el Alavés ha llegado a la final y eso ha supuesto una inyección para sus aficionados. ¿Está de acuerdo?
Es obvio que la gente necesita vivir momentos como ese cada cierto tiempo, cuantos más mejor. En nuestro caso, lo último que hemos vivido con la gente en la calle fue el ascenso a Primera y entre una cosa y otra han pasado ya siete años. Muchos aficionados se activaron entonces. Recuerdo que muchos chavales entendieron lo que supone la Real en este territorio en ese momento. No habían tenido la oportunidad de vivir antes algo especial con la Real y con el ascenso vibraron y se engancharon hasta hoy. Quizás fue lo único positivo de haber descendido.
