Diario Vasco

El nuevo estadio de Anoeta, futurista y azul

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Vista exterior de la nueva fachada.

  • El remodelado campo en el que la Real Sociedad disputará sus encuentros estará integrado en Amara y la ciudad, con los nuevos usos que aportará entre semana

El estadio de Anoeta, como se aprecia en las imagenes virtuales que acompañan a estas líneas, no se parecerá nada al que hoy conocemos. Estaremos ante una instalación moderna convertida pronto en un icono arquitectónico por su diseño y por el color azul que podrá adoptar su fachada. Adquirirá un aspecto futurista que, salvando las distancias, recordará al Allianz Arena de Múnich. Fútbol y ciudad convergerán en un único proyecto.

El remodelado Anoeta va a ser mucho más que un campo de fútbol de uso quincenal. Estará integrado en Amara y dejará de ser una isla de cemento que solo adquiere vida en los partidos de la Real Sociedad. Será un motor ciudadano entre semana en el que convivirán niños y mayores en sus diferentes dependencias. La previsión es que los trabajos de remodelación, ya en marcha, concluyan en otoño de 2019.

A grandes rasgos, el nuevo Anoeta eliminará la pista de atletismo, acercará las gradas al césped y aumentará su capacidad de los 32.000 asientos que tiene a los 42.000. Pero el proyecto no queda ahí. La remodelada instalación modificará nuestros hábitos los días de partido y también lo hará entre semana porque pasaremos de ir a Anoeta los domingos a poder estar en Anoeta de lunes a domingo.

Y es que los espacios polivalentes que se generarán en los bajos de los graderíos darán mucho juego a la Real Sociedad, y por ende a los donostiarras y guipuzcoanos. Porque lo mismo acogerán a un grupo de universitarios que buscan un lugar amplio, cómodo y bien conectado a internet, en el que poder dar forma a sus proyectos, que a empresarios que celebran una conferencia en una de sus salas. Anoeta no tendrá usos terciarios (hoteles, restaurantes...) porque así lo estimó una sentencia del TSJPV en 2014, pero sí ofrecerá un amplio abanico de posibilidades que harán del campo de fútbol una instalación pegada a la calle, según se desprende del proyecto realizado por el estudio de arquitectura y urbanismo de Izaskun Larzabal.

En Anoeta seguirán estando los locales de las federaciones guipuzcoanas y vascas (en la zona próxima al velódromo), la casa de cultura Ernest Lluch, el museo y la tienda de la Real. Todos quedarán integrados en la estructura de una forma más natural y no tan forzada como ahora. Sumen 1.200 metros cuadrados para que el Ayuntamiento pueda establecer sus sociedades.

Se busca que la instalación deje de ser un ente disgregado del barrio de Amara como ocurre, por ejemplo, con el campo del Espanyol en Cornellá, el estadio Gran Canaria en Las Palmas o el nuevo Wanda Metropolitano del Atlético de Madrid, a los que los ciudadanos solo acuden (acudirán) los días de partido. Su futura configuración, los nuevos usos y la reordenación urbana que se prevé en el entorno, con pasos de cebra y aceras más anchas, ayudarán a que sea así. Como está recogido en las condiciones fijadas por el Ayuntamiento, el estadio podrá acoger partidos de rugby internacionales y conciertos a gran escala.

Y, claro, el aficionado de la Real Sociedad tendrá la oportunidad de participar de un espectáculo que no se parecerá en nada al que está habituado. Sin la pista de atletismo, los dos fondos se acercarán al césped y el equipo se sentirá más arropado por la forma rectangular que adquirirá la grada similar a los estadios ingleses. La estructura la formarán dos anillos por los que se podrá circular sin interrupciones, más allá de las barreras puntuales que se puedan establecer para separar las diferentes zonas de abono. El anillo superior tendrá 15.000 asientos y el inferior, nuevo por completo, una capacidad de 27.000 espectadores. Todos estarán a cubierto.

Distancias al césped

Sin el tartán de atletismo, el aficionado que está ahora detrás de una portería va a pasar de ver el fútbol a una distancia más próxima de 44 metros a hacerlo a 8,5 metros, como es necesario para la celebración de partidos de rugby -en campos como San Mamés la distancia es menor entre la grada y el césped y se va a jugar la final de la máxima competición de clubes de Europa porque la Federación Internacional hace excepciones en algunas ocasiones-. Los espectadores de las gradas laterales de Anoeta verán también mejorada su situación en el campo de forma notable. La primera fila quedará a 8,5 metros del césped por los 25 actuales.

Los aficionados de los fondos y la tribuna central baja tendrán la sensación de estar prácticamente encima del césped, según se desprende del proyecto que llevará adelante Anoeta Kiroldegia. Este efecto será posible porque la inclinación de la grada será la misma que en San Mamés y Cornellá.

El temor que pueden tener los abonados de la tribuna central alta al ver que la cota del terreno va a ser rebajada en 2,5 metros, alejando el césped de su asiento, queda compensada por la eliminación de la curvatura que tiene hoy la grada inferior. Dicen quienes han tenido oportunidad de ver recreaciones en 3D que apenas habrá variación entre el viejo y el nuevo Anoeta.

El hall, la zona de encuentro

Uno de los aspectos que más ilusión despierta en los rectores de la Real Sociedad y en quienes han desarrollado el proyecto es el gran hall que se generará bajo la grada. El aficionado accederá al campo a una zona seca, ya no tendrá que esperar bajo la lluvia para pasar los tornos, y desde allí por las escaleras interiores accederá a su localidad.

La previsión es que, de acuerdo a la experiencia adquirida en otros estadios antes de dar forma al proyecto de remodelación, los aficionados de la Real acudan con más tiempo al campo de lo que lo hacen hoy en día. Las cuadrillas podrán matar los minutos previos al inicio de los partidos en los bares que habrá en esta amplia zona desde la que se tendrá una panorámica del exterior, ya que la membrana que envolverá el estadio será traslúcida. Quien camine por los alrededores de Anoeta podrá ver también que algo está pasando dentro del estadio.

Desde el hall se accederá directamente al anillo inferior del campo sin subir una escalera. Desde esa atalaya, el terreno de juego quedará a los pies del aficionado, como en Illunbe. En esa zona estarán los palcos, más confortables que los actuales, y el palco presidencial, con más metros y más asientos. Moverse por dentro de Anoeta será más sencillo y la salida del campo, ágil.

Aparcamiento de 400 plazas

Anoeta ganará 400 plazas de aparcamiento en el subsuelo. El parking, dividido, estará ubicado en los dos fondos. Se accederá por dos rampas, una ubicada en la zona más próxima al velódromo, y otra, cerca de la estación de Euskotren. En el aparcamiento, cumpliendo con las exigencias de la UEFA, estacionarán los autobuses de los equipos, las dotaciones de la Ertzaintza y sanitarios, hoy aparcados en el entorno, con los problemas de seguridad que conlleva. Los jugadores no tendrán roce con los aficionados porque desde los autobuses podrán acceder directamente a los vestuarios.

En la grada principal, la más próxima al frontón Atano III, se ubicará también la renovada zona de prensa y los vestuarios de los equipos, además de las oficinas de la Real Sociedad. La aparición de nuevas zonas verdes en el entorno pondrán la guinda. Harán de Anoeta un espacio más amable en el que hoy gana por goleada el cemento.

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