Diario Vasco

real sociedad

Bendito 2-2

fotogalería

Aritz aúpa en brazos a Juanmi, tras el gol del malagueño. / J.M. LÓPEZ

  • Puertollano, Gijón, La Romareda, Vigo... Un resultado que siempre ha llevado a la Real a lo más alto

Por un momento la mente me hizo retroceder catorce años. Otra vez Vigo nos quitaba algo que merecíamos. No podía ser. No éramos los 9.000 de entonces, ni nos jugábamos una Liga, pero la sensación interior era parecida. Para más inri, los seguidores célticas parecían disfrutar. «Otra vez os hemos jodido», nos decían en la grada con una cara de graciosos... Pero entonces... Entonces todo cambió. Cuando el remate de Juanmi entró en la portería de Sergio, en donde estaban los centenares de seguidores realistas, el cuerpo me pidió gritar por los miles de realistas que hace catorce años salieron derrotados, pero que ayer, otra vez en Vigo, saltarían en sus casas para celebrar algo que el fútbol le debía a la Real.

Me acordé de aquella niña de no más de doce años que, entonces, al salir de Balaídos, camiseta txuri urdin y bufanda al cuello, lloraba desconsolada sentada en un soportal con los codos sobre las rodillas y las manos en la cara. No. Esta vez no habíamos ganado la Liga, pero qué subidón, oiga. No sé dónde estará ahora aquella joven seguidora, pero seguro que sintió algo especial, como todos los que ayer estábamos sudando la gota gorda en Vigo sin dar crédito a lo que, otra vez en Vigo, nos estaba pasando. Pero esta vez no.

Marcó Juanmi, la Real se metió sexta y, aunque se quedó sin la quinta plaza que por fútbol merecía, hoy puede gritar alto y fuerte que está en Europa. Y lo está a pesar de todo, a pesar de que le han puesto muchas zancadillas en su camino y a pesar de que el Celta, desenganchado de la Liga, jugó contra nosotros como no había jugado un partido de Liga desde hace tres meses. Que fuéramos menos no quiere decir que la celebración en la grada fuera menor. Qué va.

Faltaban a mi alrededor muchos de los que hace catorce años salieron derrotados del mismo campo, pero de verdad que yo grité, y hay pruebas, por todos ellos. Alto y fuerte. Porque temporadas como la que terminó ayer no vamos a vivir muchas veces. Y con un final tan apasionante menos. Y por eso sabe mejor. Han sido 38 partidos, 38 batallas y un final que sin lugar a dudas fue feliz.

Orgullo txuri urdin

La afición realista debe sentirse orgullosa de su equipo. Todos. Los centenares que estábamos en Balaídos y los miles que estaban en sus casas sufriendo cada jugada, cada remate, cada gol.... hasta que llegó el de Juanmi.

Y tuvo que ser, otra vez, un 2-2, un resultado que, como me recordaba un viejo amigo, siempre ha llevado a la Real al éxtasis. 2-2 en el año 67 en Puertollano. 2-2 agónico en El Molinón en la primera Liga. 2-2 en la final de Copa de La Romareda. 2-2 ayer en Balaídos, otra vez Vigo.

No había mejor manera de acabar una Liga en la que la Real ha brillado con luz propia y ha hecho que su afición, la que estaba hace catorce años en Vigo, otra vez Vigo, y la que no, hoy sonría de oreja a oreja para celebrar que el buen fútbol tiene premio y que su equipo está en Europa por mérito propio, sin esperar a lo que suceda en la final de Copa.

Ya les dije que el gol de Bautista frente al Málaga iba a tener su valor. Y vaya si lo tuvo. Gora erreala!

Recibe nuestras newsletters en tu email

Apúntate