Ser delantero centro debería constar como una de las profesiones más complicadas del mundo. O por lo menos una de las más incomprendidas. El ariete vive del gol. Justo lo que ayer le faltó a la referencia de la Real Sociedad, a Willian José. El brasileño jugó un encuentro mayúsculo. Hizo de todo. Se fajó con los centrales. Bajó a recibir. Realizó varios cambios de juego que firmaría el mismísimo Xabi Alonso. Sin embargo, le faltó el premio gordo.
Acabó el partido como ese jugador de baloncesto que anota cuarenta puntos y que falla el tiro ganador. O el piloto que da una clase maestra de conducción y el coche se le para en la última recta. O el ciclista que después de estar escapado cientos de kilómetros, ve cómo los sprinters se le echan al cuello a pocos metros de la gloria.
Willian hizo todo lo posible por irse ayer con su decimotercer 'txitxarro' en la competición doméstica. Y lo tuvo hasta el final. Incluida aquella jugada en el minuto 87 con la Real Sociedad volcada sobre la puerta de Kameni cuando un centro chut de Canales no fue despejado por la zaga malagueña y Willian José no llegó a controlar el balón. Estaba a tres metros cara a cara con Kameni. Hubiera sido el éxtasis de Anoeta.
Las estadísticas dicen que el brasileño remató cinco veces a puerta. Pero es que además de eso tuvo un influjo enorme en el juego de ataque realista. A punto estuvo de cazar un centro de Álvaro Odriozola en el minuto 11 de partido. Se volvió a asociar con la bala donostiarra cuatro minutos después. Cambió la orientación del cuero, el lateral llegó hasta línea de fondo y Willian José fue perfectamente encimado por el defensa cuando entraba a rematar con la testa.
El de Porto Calvo había entrado en calor. Como el equipo. Su versatilidad daba espacios a Juanmi y a Vela para que rompieran por velocidad. En el minuto 29 un disparo suyo salió desviado por poco. Prieto asumió galones en el penalti que transformó el capitán. El '12' blanquiazul sabía que le iba a llegar otra oportunidad. Fue en el minuto cuarenta cuando engatilló un chut que le salió demasiado centrado y Kameni envió a córner. Desgraciadamente el gol que llegó fue el del Málaga en el último minuto del primer tiempo.
Ánimos renovados en la segunda mitad y la pesadilla de Willian con el gol continuó. Un remate de cabeza se topó con el palo. Tercera vez que se quedaba a centímetros del gol el delantero de la Real Sociedad. Y hubo otra más. Después del 1-2 otro zapatazo del brasileño intentó buscar la escuadra de la portería costasoleña pero volvió a no ver puerta. Esfuerzo ímprobo. Partido titánico. Pero el sistema métrico decimal le dio la espalda.