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Tres puntos sin fútbol
Pedro Soroeta
No sé si a ustedes, pero a mí no me sorprendió nada lo que sucedió ayer en Anoeta. Bueno sí, que al final el once realista lograra la victoria, porque en el minuto 80 daba por bueno el empate. El partido fue tan malo como importante la victoria. A estas alturas lo que cuentan son los puntos y ahí están los tres que se pusieron ayer en juego en el casillero realista. Bien. Otra cosa es el camino que el once de Eusebio recorrió para llegar a su objetivo. De verdad que no recuerdo una primera parte tan mala en toda la temporada como la de ayer. Durante muchos minutos dio la impresión de que ninguno de los equipos se jugaba nada, cuando era todo lo contrario. La Real, con cinco cambios en su once inicial respecto al equipo de Mestalla, ya dejó entrever en su alineación que andaba muy justa de fuerzas, lo que luego se confirmó en el campo. Al tercer partido en siete días y al segundo con solo sesenta horas de descanso, los de Eusebio llegaron sin gasolina. Sin ritmo, sin fluidez, sin movimiento, sin juego, con lentitud y hasta parecía que con cierta desgana, la Real no se parecía en nada al equipo que conocemos. Y menos mal que el rival era un inofensivo Granada, porque de lo contrario... Hubo una imagen, ya en la recta final del partido, que lo resume todo. Mientras el equipo jugaba en campo rival, ya con el 2-1, Zaldua y Yuri, semiagachados, se llevaban las manos a las rodillas, en un claro gesto de agotamiento, mientras Navas hacía unos estiramientos y Mikel González miraba con desasosiego al cielo. El equipo no es que estuviera cansado, es que estaba muerto. Y eso, superarse cuando ya no tenía fuerzas, es el gran mérito del equipo de ayer, que ganó con ese gol in extremis muy bien elaborado. Mi aplauso al esfuerzo de todos, porque siempre cuesta más cuando ya no tienes nada dentro. A descansar. Y a seguir.
Seguir ganando
Es lógico que jugadores y entrenadores hablen siempre y únicamente del partido siguiente, pero estoy convencido de que ellos también hacen cálculos y miran más que de reojo al calendario propio y al de los demás. Cuando faltan tres partidos, solo 270 minutos de juego para que esto se termine, y la pelea por el quinto puesto es tan cerrada, seguro que ellos también están atentos a lo que queda. Otra cosa es hacer cuentas. En este caso es mejor no hacerlas, porque de lo contrario se deduce que este año hará falta una puntuación de Liga de Campeones para llegar a la Europa League sin estar pendientes de la final de Copa. Recuerden que la Real de Montanier se clasificó para la Champions quedando en cuarto lugar con 66 puntos. Esta vez los 66 puntos no garantizan nada, ni siquiera el sexto puesto. Por eso digo que de nada vale este año hacer cuentas. Como bien dijo Odriozola la Real solo puede pensar en seguir ganando. Ha vencido en cuatro de sus últimos cinco partidos, pero necesita más. Y ahora toca Sevilla. También hay que intentarlo allí. Un equipo que gana nueve partidos fuera de casa, el récord histórico de la Real en una temporada, puede ganar en cualquier campo. Y también en el Sánchez Pizjuán a nada que haga las cosas como sabe. Por lo menos debe intentarlo. Luego vendrá el último partido en Anoeta contra el Málaga y el cierre en Vigo, en donde la historia futbolística tiene una deuda con nuestro equipo... El esfuerzo realizado para llegar hasta aquí ha sido grande. El fútbol exhibido en muchas tardes nos ha hecho sentirnos orgullosos de nuestro equipo. Ahora se trata de poner la rúbrica. Nadie pensaba hace un par de meses que con 61 puntos a falta de tres partidos la Real no tuviera asegurada la competición continental. Pero es así porque los de abajo han sumado muy poco y habrá que seguir sumando hasta el final.