Junto con la de Navas, la otra vía en la que trabaja duro el club es en la renovación del contrato de Álvaro Odriozola, que acaba en 2018. El joven donostiarra de 21 años ha sido una de las sensaciones de los últimos tres meses y la Real quiere adecuar su situación contractual a la deportiva. Su irrupción en Primera ha sido fulgurante y desde su debut en Málaga el 16 de enero no ha hecho más que acumular elogios. Ya ha jugado once partidos titular en Liga, en los que ha sumado 925 minutos de juego. En cuatro de ellos fue de los más destacados del equipo, como en las salidas a Cornellá y Las Palmas, y en Anoeta contra el Eibar y el Leganés. Entre sus números figuran tres asistencias de gol: a Juanmi frente al Eibar, a Prieto en el Villamarín y la del sábado ante el Leganés, también a Juanmi.
Su actuación no pasó desapercibida para Albert Celades, seleccionador sub-21, que le citó para los partidos ante Dinamarca e Italia. En el primero de ellos fue clave en la victoria (3-1) de La Rojita al dar sendas asistencias a Saúl Ñíguez y Denis Suárez.
Todo ello ha hecho que su cotización aumente y que su ampliación de contrato no vaya a resultar tan sencilla como se pensaba hace unas semanas. Bahía, la agencia de representación que lleva sus asuntos, va a jugar fuerte sus cartas al saber que tiene un jugador cotizado en sus manos. Odriozola, socio realista desde los tres años, no contempla otra opción que no sea la de seguir aquí y así se lo ha hecho saber a sus representantes, aunque su nombre cada vez aparece en más quinielas.
Después de los primeros contactos que se produjeron hace varias semanas, el asunto se ha enfriado y está a la espera de que ambas partes le den un empujón. La Real quiere hacerlo pero, en este caso, el tiempo no juega precisamente a su favor.
