Diario Vasco

Xabi Prieto, el mejor fichaje

Xabi Prieto posa ayer en las instalaciones de Zubieta.
Xabi Prieto posa ayer en las instalaciones de Zubieta. / RS
  • La próxima temporada será la decimoquinta desde que debutase en un partido de Copa en Oviedo en la 03/04

  • El capitán alarga su contrato hasta 2018. «Mentalmente me veo con garantías para seguir»

La Real ha cerrado su mejor fichaje para la próxima temporada: la continuidad de Xabi Prieto. Ayer por la tarde anunció en un escueto comunicado colgado en su página web que el capitán seguirá vistiendo un año más la camiseta txuri urdin. Es la mejor noticia para abrir este último parón liguero en el que el equipo intentará recuperar fuerzas y lesionados para afrontar con éxito las diez últimas jornadas de Liga.

El jugador explica que ha tomado esta decisión porque «me encuentro bien físicamente, estoy disfrutando del juego y mentalmente me veo con garantías de continuar un año más. También ha ayudado que el presidente, la dirección deportiva y el entrenador quisiesen que continuara».

Aclara que no le ha sido fácil decidirse. «He tenido muchas dudas a lo largo de la temporada. Pensaba que esta iba a ser la última, pero ahora solo pienso en disfrutar de lo que queda de esta y de la siguiente. La situación del equipo ha ayudado. Ahora queremos salir de este pequeño bache que atravesamos y terminar bien para jugar competición continental».

Prieto se ve preparado para seguir rindiendo al mismo nivel. «Creo que estoy en un buen momento. Además de físicamente, la experiencia me ha ayudado a entender mejor el juego y eso me permite disfrutar más de la profesión. Es un orgullo llevar la camiseta que me traía de niño Olentzero y me regalaban en los cumpleaños y un sueño haberla vestido tantos años. Asusta mirar hacia atrás y ver tantos partidos, pero son números bonitos y hay que seguir sumando».

No cierra la puerta a seguir en activo más allá de 2018. «Renuevo con la idea de seguir disfrutando y el año que viene ya veremos a estas alturas cómo me encuentro físicamente y mentalmente».

Un referente en el vestuario

Su peso dentro de la plantilla es indiscutible. Tanto dentro como fuera del vestuario. En la caseta ejerce como veterano y hombre de la casa que es, no en vano la próxima será su decimoctava campaña en el club, que se dice pronto. Y no está incluida la que estuvo cedido en el Hernani antes de que Olabe lo recuperase para el equipo juvenil. Cuando la Real le fichó del Lizeoa tras terminar su etapa cadete Mikel Oyarzabal tenía dos años y hoy son compañeros.

Ese pasado tan brillante le convierte en una referencia para los jóvenes que dan sus primeros pasos en el fútbol profesional y que cuando eran niños le veían jugar en Anoeta. Son los casos de los Odriozola, Bautista, Guridi y el mismo Oyarzabal, entre otros, una prometedora generación que necesita espejos en los que verse reflejados. Xabi mantendrá un año más ese testigo que heredó de Aranburu y que en su día también tomará Illarramendi.

Su autoridad en el vestuario reside en la fuerza de su ejemplo. Es el primero que aparece en Zubieta y el último que se va. En su calendario apenas hay días para el descanso. Nadie pasa más tiempo en el gimnasio, con los fisios o recuperando después de los partidos. Su disciplina resulta casi espartana en todos los ámbitos que condicionan a un deportista profesional: nutrición, hidratación, descanso... Detesta el alcohol y mantiene una vida ordenada que está detrás de su eterna juventud. Por eso es tan respetado por sus compañeros, porque es el primero en todo y nadie puede reprocharle nada en comportamiento. Aunque su imagen exterior es la de una persona seria, tímida y parca en palabras, con los compañeros siempre se ha mostrado como alguien cercano y al que confiarle cualquier problema. Y con mucho sentido del humor. En las concentraciones de pretemporada se le suele ver cerca de los chavales del Sanse tratando de que no acusen el salto del filial al primer equipo.

Dentro del campo su aportación ha sido cada vez mayor. Es como si el paso del tiempo le hubiese ayudado a desentrañar los secretos de este juego, lo que le permite rentabilizar mucho más sus acciones. En los buenos y en los malos momentos. El sábado en Vitoria, a pesar de las ausencias con las que acudía el equipo y la derrota, supo rendir en dos parámetros que no serían los que se presuponen a un futbolista talentoso. Fue el segundo que más corrió -casi doce kilómetros- y el que más balones recuperó, nueve.

Un jugador hecho a sí mismo

Su transformación en las catorce temporadas que lleva en la Real ha sido grande. Ya queda poco de aquel espigado chaval habilidoso con el balón que jugaba por la derecha y trataba de aprovechar su zancada para alcanzar la línea de fondo y poner centros enroscados al área. Ha crecido hasta convertirse en un futbolista completo. Quizás no sea el más potente del mundo, pero sus primeros metros hacen daño y posee las dos velocidades que no se pueden medir y permiten marcar las diferencias en este deporte: la de pensamiento y la de ejecución.

Además, su trabajo en el gimnasio le ha permitido ganar mucha fuerza, sobre todo en el tren superior, que le convierte en una referencia en el juego aéreo. En las últimas temporadas ha explotado sus centímetros en acciones tanto a balón parado como corrido. Dos de los seis tantos que ha marcado en este curso han sido por arriba y ha ganado el 60% de los duelos aéreos. En las acciones de estrategia defensiva su presencia en los córners en el primer poste le ha permitido despejar hasta 19 balones.

En lo que a sus virtudes técnicas se refiere, su calidad sigue marcando las diferencias. Siempre está cerca de la zona de influencia del juego y cuando entra en contacto con el balón consigue atraer contrarios para doblar el pase al compañero en superioridad. Es el jugador ideal para desempeñar la función de enganche en el esquema de Eusebio, porque lo mismo se convierte en un centrocampista más en la creación, que en un extremo que cae a la derecha para centrar o en un delantero que acude al remate. Una especie de tres en uno que ejerce de director de orquesta en campo contrario al marcar los tiempos del juego. Además reúne una virtud muy importante como es la humildad, por lo que no le cuesta sacrificarse en aras del brillo de otro compañero. Xabi siempre hace mejores a los que tiene a su lado.

En un estilo como el que propugna la actual Real su facilidad para asociarse le hace aún más indiscutible. Ha superado los mil pases en esta temporada (1.063) con un éxito en la entrega del 83%. Ha enviado 46 centros al área, ha facilitado tres asistencias y ha anotado seis tantos sin lanzar ningún penalti.

El suyo ha sido un ejemplo claro de cómo el talento unido al trabajo puede desembocar en un jugador completo en todas las facetas. La actual está resultando su mejor temporada. Su aportación en el año del ascenso fue grande, así como cuando se logró la clasificación para la Champions con Montanier, pero en este ejercicio su regularidad ha sido mayor aún. Está a tres goles de alcanzar el mejor registro de su carrera -aún tiene diez jornadas para conseguirlo-, algo que ya habría logrado de haber lanzado los siete penaltis que se han repartido entre Vela y Willian José. Xabi es el segundo mejor especialista desde los once metros de la historia de Primera al transformar 21 de los 22 que ha lanzado.

Varios retos ilusionantes

Su continuidad se produce en un momento en el que tiene varios retos atractivos por delante. El primero es volver a jugar en Europa. Ya lo hizo en la Champions, donde ejerció como capitán en Old Trafford, y en la Europa League en las eliminatorias contra el Aberdeen y el Krasnodar. La eliminación ante el conjunto ruso supuso un duro golpe para un equipo que entró en una depresión de más de un año a la que puso fin la llegada de Eusebio. Ahora, si la Real termina sellando su billete continental, tendrá la oportunidad de resarcirse de aquella mala experiencia.

También ha soñado más de una vez con la posibilidad de hacer algo grande en la Copa. En dos de las cuatro últimas ediciones ha sido el Barcelona el que se ha cruzado en el camino hacia la final. Si la próxima edición la Real también se lo toma en serio quizás pueda aspirar a llegar muy lejos.

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