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Falta lo más difícil

Momento en el que Rulli saca una gran mano a un remate de Deyverson. Odriozola, Mikel y Prieto ven cómo su portero se estira para evitar el gol.
Momento en el que Rulli saca una gran mano a un remate de Deyverson. Odriozola, Mikel y Prieto ven cómo su portero se estira para evitar el gol. / JOSÉ MARI LÓPEZ
  • La segunda derrota consecutiva no debe hacer dudar a los de Eusebio antes de la parte decisiva de la Liga

Segunda decepción en una semana. La Real no funcionó en Mendizorroza y sumó, por primera vez, dos derrotas seguidas en esta temporada. En un partido de más a menos, los blanquiazules volvieron a pagar caros sus errores, especialmente la injustificable expulsión de Granero. Si en la de Juanmi frente al Eibar les dije que era impropia en el fútbol de este nivel, de la de ayer de Granero qué les voy a contar. Dejar al equipo con diez jugadores perdiendo 1-0 por fingir un derribo dentro del área es incalificable.

Es verdad que la Real no perdió por la expulsión de Granero, pero es evidente que tras esa acción las posibilidades de al menos empatar se esfumaron casi por completo. Una pena, en una jornada en la que, al menos, los resultados de otros campos ayudaron en lo que a mantener la quinta posición se refiere.

Sin profundidad

No arrancó mal la Real en Vitoria y hasta debió adelantarse en los primeros minutos en una jugada individual de Yuri. Eusebio fue valiente en su once, al colocar a tres jugadores que hace unos meses estaban en el Sanse, Odriozola, Guridi y Bautista. La Real se hizo con el control del juego durante toda la primera parte, aunque le faltó profundidad en sus acciones de ataque, algo que se repitió tras el descanso.

Al Alavés, jugando a verlas venir en busca de algún contragolpe, le bastó trenzar una jugada para marcar el gol que le iba a dar la victoria. Porque lo de la continuación fue un quiero y no puedo txuri urdin. La Real amagó varias veces, pero nunca dio y, especialmente cuando se quedó con un jugador menos en el momento más importante del partido, se mostró incapaz de crear peligro en el área visitante.

Punto y aparte

En estos casos se suele decir que el parón llega en buen momento. Después de dos derrotas consecutivas y con un claro bajón en el juego en los últimos meses, incluso parece que algunos jugadores necesitan descanso. El parón puede ser bienvenido. Sin embargo, en esta ocasión, a diferencia de las anteriores, el descanso va a ser relativo, debido a la presencia de cuatro jugadores en las selecciones. Es evidente que sus internacionalidades son aplaudidas y producto del buen juego que está haciendo la Real, pero no es menos cierto, que todo lo que sea añadir partidos a algunos jugadores, como el propio Illarra, no juega en favor de los intereses de la Real.

En todo caso, yo me remito otra vez a lo que les dije en diciembre y espero no repetir más veces. La primera línea de la Real tenía que haber descansado en aquella eliminatoria contra el Valladolid, por ejemplo, para llegar más fresca a la recta final de la temporada, la que empieza dentro de dos semanas frente al Leganés en Anoeta. Ahora solo quedar recuperar fuerzas y afrontar con todo los últimos diez partidos de la temporada.

Situación privilegiada

La derrota, en todo caso, no debe hacer dudar a los hombres de Eusebio. Por encima del partido de ayer, es evidente que la Real está en una situación privilegiada para luchar por estar la próxima temporada en Europa. Las cosas no han cambiado. Sextos, con los mismos puntos que el quinto y con cuatro de ventaja sobre el séptimo cuando falta una jornada menos. Es posible, eso sí, que el Atlético se escape un poco más, pero si algo no cabe ahora es la duda.

Quedan diez partidos, treinta puntos en juego, la mitad de ellos en Anoeta. La ventaja sobre el cuarto es de cuatro puntos y de siete sobre el octavo, antes de recibir al Leganés en Anoeta.

Los de Eusebio, con la recuperación de algunos jugadores clave -ayer faltaba toda la columna vertebral- tienen que retomar después del parón el camino que les ha traido hasta aquí.

Y ojo. Tampoco se dejen llevar por el calendario, porque exceptuando a un Osasuna absolutamente entregado a su suerte y que parece difícil que sume muchos más puntos, en estos dos meses que quedan no habrá un partido sencillo. Ni en Anoeta ni fuera.

En esta recta final de la competición hay mucho en juego y sumar victorias -cuatro más pueden ser suficientes para llegar a Europa- va a costar una barbaridad. No solo a la Real Sociedad, claro, pero lo que a nosotros nos interesa es solo la suerte de nuestro equipo, en el que ayer debutó un bravo Guridi, uno más del Sanse que se suma a la causa. Todos serán necesarios para llegar a la meta el próximo 20 de mayo.

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