Diario Vasco

Descendió como jugador y brilla como técnico

Actitud. Pellegrino da órdenes a sus jugadores.
Actitud. Pellegrino da órdenes a sus jugadores. / EFE
  • Mauricio Pellegrino se está sacando la espina del descenso en 2006 en el Alavés, donde colgó las botas

Cuentan sus biógrafos que Mauricio Pellegrino (Córdoba, Argentina, 1971) habla poco, pero que habla claro. Y que curiosamente vivió su ultima temporada como futbolista en el Alavés. Fue en 2006 y se quedó con un gusto más que amargo ya que el equipo babazorro descendió.

Pellegrino era un central alto (1,93 metros), espigado, apodado 'El Flaco', que jugó en el Vélez, en el Valencia, con quien conquistó dos ligas y una Copa de la UEFA entre otros títulos, y que tuvo un paso fugaz por el Barça antes de colgar las botas en el Alavés, con quien descendió. Por ello, Pellegrino trata de sacarse aquella espina y de devolver al equipo vitoriano todo lo que le dio.

Una vez colgadas las botas, Pellegrino estuvo de ayudante de Rafa Benítez en el Liverpool, de primer entrenador en el Valencia (fue destituido después de caer 2-5 ante la Real en Mestalla); pasó posteriormente por Estudiantes donde dio la alternativa a Rulli ...y ahora vive días de vino y rosas en Vitoria. Y eso que cuando llegó el pasado verano quien más quien menos pensó que el Alavés seria carne de cañón y candidato al descenso...

Pero ya, ya... Pellegrino ha construido un equipo sólido y lo ha hecho de atrás hacia adelante. Finalista de Copa (tuvo un cuadro amable aunque en semifinales apeó a todo un Celta ) y décimo en la tabla liguera, a siete puntos de Europa, el once albiazul está sorprendiendo a propios y extraños.

Su portero, Pacheco, formado en la cantera del Real Madrid, es un guardameta cotizado, de reflejos espectaculares y que le ha dado puntos. Sus dos laterales, Femenía y el marsellés Theo son jugadores de largo recorrido, dos auténticas lanzas. En el centro del campo y cedido por el Madrid, un tal Marcos Llorente que juega como los ángeles y es hijo de Paco Llorente, nieto de Grosso y sobrino nieto de Paco Gento. En el ataque, Deyverson , Toquero y Edgar. Un once que la está dando muchas satisfacciones a Pellegrino, miembro junto a Sampaoli y Berizzo de la escuela argentina de técnicos que triunfan en n uestra Liga.

«Si hay algo que nos diferencia a los argentinos es que para nosotros el fútbol es algo muy fuerte. Desde el patio del colegio. Recuerdo que con ocho años jugábamos un partido a muerte en los diez minutos que duraba el recreo. ¡Volvíamos a clase desfigurados! En Argentina perder es un drama, y ganar está bien solo porque implica que no has perdido. Importa más no perder que ganar. Esto es una diferencia cultural, que no sé si es positiva o negativa, pero que nos hace competitivos. La otra es que nos adaptamos a todas las circunstancias». Desde luego él se ha adaptado a las del Alavés.

Ayer, el técnico elogió a la Real: «Es uno de los mejores equipos de la parte alta».

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