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Kenan Kodro: «El apellido Kodro pesa, hasta que no me acerque a mi padre prefiero ser Kenan»

Kenan Kodro posa en uno de los banquillos de las instalaciones de Tajonar después del entrenamiento que realizó ayer Osasuna.
Kenan Kodro posa en uno de los banquillos de las instalaciones de Tajonar después del entrenamiento que realizó ayer Osasuna. / MIKEL FRAILE
  • Jugador de Osasuna, Meho le transmitió de niño la pasión por el fútbol y por la Real, pero ahora agradece a Osasuna la oportunidad de jugar en Primera

Este donostiarra de 23 años de origen bosnio vivirá el domingo un día muy especial. Hijo de una leyenda blanquiazul y socio y aficionado realista jugará por primera vez en Anoeta, su estadio, pero con la ilusión de marcar para un necesitado Osasuna. Charlamos con él en Tajonar, después del entrenamiento, para descubrir la persona que se esconde detrás de uno de los apellidos más ilustres de la historia txuri urdin.

- ¿Quién es Kenan Kodro?

- Una persona sencilla, natural, muy familiar y amiga de sus amigos. Nací en San Sebastián pero me siento bosnio; la sangre tira. Fuera de aquí digo que soy un bosnio de Donostia.

- Recuerdo que en una entrevista Seferovic me dijo lo mismo, que era un bosnio de Suiza.

- Es muy amigo mío y mantengo el contacto con él. Sus padres emigraron por la guerra y se refugiaron en Suiza. La diferencia es que mi padre llegó aquí para jugar al fútbol. Pero a ambos nos han transmitido el idioma bosnio, las costumbres, la cultura, la religión y te consideras bosnio porque es lo que has mamado aunque no viviésemos en nuestro país.

- ¿La distancia fortalece ese sentimiento de pertenencia?

- Sí. Es lo que he conocido desde pequeño. Nací en San Sebastián pero conforme fui creciendo me di cuenta de que no era ni de aquí ni de allí. En Bosnia me dicen el extranjero y aquí el bosnio. Me siento de los dos sitios y de ninguno a la vez. El idioma me ha permitido mantener mi condición de bosnio. Lo hablo mejor que el castellano. Tengo muchos amigos y familiares allí y algún día me gustaría vivir en Bosnia.

- ¿Mantiene contacto con su país?

- Sí, voy en verano a un pueblecito que está a once kilómetros de Mostar en el que viven mis abuelos y que se llama Blagaj. Desde ahí me escapo con los amigos a Sarajevo y Croacia.

- Mostar fue conocida en la Guerra de los Balcanes por la voladura del Puente Viejo sobre el Neretva que simbolizó la fractura entre croatas y musulmanes...

- Ahora la ciudad está separada en dos zonas, a un lado viven los croatas y al otro los musulmanes. Mi padre jugó en el Velez Mostar, que era un grande de Yugoslavia en los ochenta y desde el que lo fichó la Real. Ahora el derbi de la ciudad lo juega contra el Zrinjski, del lado croata. Su campo de siempre quedó en la parte croata, así que lo utiliza el Zrinjski y tuvo que construirse uno nuevo más pequeño a las afueras del puente. En los ochenta la ciudad entera vibraba con el Velez

- ¿Le ha marcado mucho la guerra?

- Nuestra generación no la vivió pero la tenemos presente porque es la última gran guerra de Europa. Mis padres, mis tíos, toda mi familia sufrió mucho. Lo pasaron muy mal porque perdieron a seres queridos y otros tuvieron que refugiarse en distintos países. Recuerdo de estar treinta personas en nuestra casa de Donostia antes de que salieran a vivir a Noruega, Alemania... En Bosnia vivíamos todos juntos: bosnios, croatas, serbios... Era todo multicultural y la gente se llevaba bien pero los problemas políticos y religiosos hicieron que todo se torciese y la guerra lo jodió todo.

- Dos de sus amigos en Osasuna, Causic y Vujadinovic, son serbios...

- Es que nuestra generación ha superado todo aquello. Los dos son de Belgrado, católicos ortodoxos, y yo soy bosnio musulmán, pero compartimos el mismo idioma, aunque ellos lo llaman serbio y yo bosnio. Muchos de mis mejores amigos son serbios. Hemos aprendido a mirar la persona antes que sus orígenes.

- Resulta increíble que, con esa situación personal detrás, su padre metiese 73 goles en cuatro años en la Real entre 1991 y 1995, ¿no?

- Ahora me doy cuenta. Hacer un gol en Primera es complicado y marcar diez me parece una pasada. Que consiguiera 23 y 25 goles en la Real en esas circunstancias es tremendo.

- ¿Cómo empezó a jugar al fútbol?

- Con mi padre después de los partidos en su época en Tenerife. Se duchaba y salía a pelotear conmigo en el estadio vacío y con las luces apagadas. También iba a ver los entrenamientos al Mundialito y luego me ponía a jugar. Siempre estaba con un balón. Ya en San Sebastián mi madre me reñía cuando me saltaba alguna clase por ir a jugar al fútbol. Empecé en la playa con mi cole, The English School, donde metía cinco goles por partido. De ahí pasé al Antiguoko y en juveniles fiché por la Real.

- ¿Es futbolista porque su padre también lo fue?

- Influye. En casa era todo fútbol. Veíamos partidos, cuando papá faltaba era porque se iba a jugar al fútbol, tenía balones por todos los lados... Tener un padre futbolista tiene sus puntos positivos y negativos. La gente siempre me va a comparar con él pero ya estoy acostumbrado. Por otro lado, él ha vivido lo que yo estoy viviendo ahora y me puede dar buenos consejos.

- ¿Es un padre exigente?

- No. Me da mucho espacio para que vaya descubriendo las cosas por mi cuenta. Es muy paciente y siempre dice que todo tiene su proceso. Que cada jugador madura cuanto tiene que hacerlo. Me ha enseñado a pelear por mí mismo y si ahora estoy aquí es por méritos propios.

- ¿Quién era su ídolo de pequeño?

- Mi padre. Siempre lo ha sido. Lo tenía en casa y cuando fui creciendo me di cuenta de lo que significaba para los aficionados de la Real.

- ¿Pesa mucho el apellido Kodro?

- Sí que pesa, sobre todo en San Sebastián, pero yo hago mi camino.

- ¿Cómo fue eso de tenerle de entrenador en el Sanse?

- Complicado para los dos. Intentamos llevarlo de la mejor manera. Yo creo que era más difícil para mi padre, porque todo el mundo iba a hablar si yo jugaba. También hubo veces en las que me dejó fuera de la convocatoria y no sería fácil para él. Yo siempre pienso que puedo jugar.

- ¿Y su madre qué decía?

- Que no le iba a dar de comer -risas-. Los dos nos liberamos cuando él se fue. Yo me quité un peso de encima.

- ¿Llevar Kenan en la camiseta es una forma de marcar distancias?

- A Kodro le recuerdan por lo que hizo y yo prefiero que me conozcan por lo que hago. Si algún día exploto me pondré Kodro. Hasta que no me acerque a él prefiero ser Kenan.

- Le oí decir hace dos años cuando llegó a Pamplona que fue una liberación salir de San Sebastián...

- El apellido Kodro significa mucho en la Real y las comparaciones son inevitables. Yo tenía 20 años y necesitaba espacio y tiempo para madurar. La Real es el equipo de mi vida. Soy socio y le ha dado mucho a mi familia. He ido muchas veces con mi padre a Anoeta. Me dio mucha pena salir de la Real.

- ¿Cómo fue aquello?

- Terminaba contrato en 2014 y no me renovaron. Para un chaval cuyo sueño es debutar en Primera con la Real es duro pero la vida no se acabó ahí. El tiempo en el fútbol no existe, solo vale lo que haces en el presente.

- ¿Por qué fichó por Osasuna?

- Siempre había hecho buenos partidos contra ellos en categorías inferiores y se interesaron por mí. No me lo pensé. Es un club histórico que me ha dado espacio y tiempo para madurar. Encima tengo la suerte de estar cerca de casa. En la primera temporada jugué mucho con Urban y marqué dos goles, uno especial contra el Tenerife porque fue el 3-2 en el último minuto.

- La pasada campaña le costó arrancar pero fue el héroe del ascenso...

- Me lesioné al principio y no entré en los planes de Martín. En la segunda vuelta todo cambió y llegué fresco al final. Ante el Huesca fallé tres ocasiones claras pero me sentí muy bien. Al partido siguiente en Oviedo marqué un gol y me hicieron un penalti el día que entramos en play off. En junio estaba increíble. Salía al campo sabiendo que iba a marcar. Le hice dos goles al Nastic y otros dos al Girona. El que marqué en la vuelta es el más importante de mi vida porque nos dio el ascenso.

- ¿Qué tal le va en Primera?

- Para un futbolista es lo máximo. Estamos en una situación complicada pero en lo personal voy aprendiendo. Me está costando entrar pero en los dos últimos partidos he marcado un gol y dado una asistencia.

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