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Real Sociedad: Con las botas puestas
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Real Sociedad: Con las botas puestas

La Real Sociedad da la cara en el Camp Nou ante el Barça en un partido condicionado de nuevo por los graves errores arbitrales

MIGUEL GONZÁLEZ

Jueves, 26 de enero 2017, 19:17

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Ganar no es un resultado, es una actitud. Por eso no se puede decir que la Real Sociedad haya salido derrotada de esta eliminatoria. Más bien, al contrario. Se va reforzada porque ha abierto un camino que si persevera en él en el futuro le va a dar muchas alegrías. La forma en la que ha afrontado la Copa y se ha enfrentado al Barcelona le permiten dar un salto adelante que tendrá sus frutos muy pronto. Anoche se batió con orgullo en una batalla a cuerpo descubierto en la que recibió más heridas que el contrario, que una vez más encontró en el árbitro a su aliado más fiel. Más incluso que esos que desde la grada se dedicaron a insultar toda la noche a Illarramendi -primera vez en muchos años que escucho faltar a un jugador de la Real en un campo foráneo- y que despidieron a los blanquiazules al grito de Adiós, a la Copa adiós. Valors.

Curiosamente citas así lo que dejan es una inyección de realismo en vena que este club y este grupo necesitaban en los últimos años. Porque la gente se identifica con esta manera de ser, de comportarse y de expresarse en el campo. Ver al Camp Nou metiéndose con la Real Sociedad es un subidón que significa que nos ven como un equipo grande. No rico, como ellos, pero sí grande. Tanto que quizás nunca logren estar 38 partidos sin perder en la Liga por muchos jugadores con sueldos de 40 millones que incorporen cada año.

Ahora viven de los tres magos que tienen arriba y de presionar al árbitro para que les dé lo que antes lograban con su juego. Ese juego que desde que se marchó Guardiola ya es historia. De ahí la crispación que se vive en el Estadi cada vez que lo visitamos. Ayer hicieron el 1-0 tras una clara falta de Umtiti a Prieto, que les permitió atacar en superioridad con el capitán realista tendido en el suelo. Valors. En el 2-0 Suárez controla el balón con la mano ante Navas para asistir a Neymar antes de que Iñigo le derribe dentro del área. El uruguayo, el mismo que unos minutos antes se había permitido el lujo de agredir a Yuri sin que Martínez Munuera quisiera ver nada. Esta vez, por lo menos, tuvo la delicadeza de no pegar una dentellada como en su día sí hizo con Bakkal, Ivanovic y Chiellini. Valors. Después, con el 3-2 en el marcador, Arda aprovechó en fuera de juego un pase de Aleix Vidal para sentenciar el partido y la eliminatoria. Pero daba igual, porque los gritos de desprecio del Camp Nou a los realistas al abandonar el campo lo único que demuestran es el reconocimiento al adversario. Ese que les viene pintando la cara en Anoeta en los últimos siete años con un grupo de chavales de la tierra que, como dijo Prieto hace unas semanas, les distingue el placer de jugar para el equipo del que son desde que nacieron.

Con el equipo de gala

Eusebio puso en liza el once tipo que le ha traído hasta aquí, con la única variación de la presencia en el lateral derecho de Aritz por el lesionado Carlos Martínez. El resto fueron los mismos que en los últimos tres meses se han convertido en habituales. En el bando contrario bastó con echar una mirada a la alineación para comprender que Luis Enrique no se fiaba. Solventó la baja de Busquets situando en el centro del campo a Mascherano, que es donde juega en Argentina, y colocando a Umtiti en el eje de la zaga junto a Piqué. André Gomes y el otro Suárez, Denis, fueron los acompañantes del jefecito en la zona ancha.

Evitar un partido de ida y vuelta

La Real Sociedad salió al Camp Nou con dos ideas claras. La primera era intentar presionar arriba para que el Barcelona tuviese que jugar largo y no transitase por el centro del campo. La segunda era asegurar la posesión del balón para evitar hacer un partido de ida y vuelta de noventa minutos en el que tenía más que perder que ganar. Al descanso, el 50% que tuvo de pelota reflejaba esta segunda idea que le permitió vivir relativamente tranquilo en el primer acto.

Con una medular con Illarramendi y Zurutuza llevando las riendas y Vela y Prieto tratándose de colarse por dentro, la Real amagó al inicio. Un gran pase de Zurutuza con el exterior al desmarque de ruptura de Prieto lo cortó Alba como último hombre. Los blanquiazules transmitían aplomo sobre el césped.

Gol del Barça tras falta a Prieto

Pero para que la cosa terminase de funcionar no había que perder balones en campo propio para evitar la contra rival, un arte que con Luis Enrique el Barcelona domina a la perfección. En el minuto 16 Prieto intentó girarse en un balón que recibió de espaldas pero se lo arrebató Umtiti en una acción de clara falta. En el Camp Nou, el campo que lo protesta todo, Martínez Munuera no quiso ver nada, así que dejó seguir la jugada para que Neymar, Messi y Suárez lanzaran un rápido ataque con Prieto en el suelo que Denis concretó bien por la derecha. El punto de incoherencia de uno de los públicos más arrogantes del campeonato fue cuando Zurutuza y Andre Gomes chocaron en una disputa aérea y la Real siguió la jugada. Una atronadora pitada acompañó el ataque por parte de quienes habían obviado previamente que el gol de Denis llegó con Prieto tendido. Valors.

Con todo, los de Eusebio no se desarmaron y mantuvieron la sangre fría para intentar acercarse a Cillessen. Navas conectó un buen cabezazo en un córner botado por Vela, Willian José remató en acrobática postura por encima del larguero tras un pase de Zurutuza dentro del área y el brasileño también probó al meta holandés en un saque rápido de banda de Vela.

Lástima esa ocasión de Willian...

En la reanudación la Real se fue a presionar desde arriba y ya de inicio Aritz tuvo un buen cabezazo en un córner. La jugada clave llegó en el minuto 53 cuando tras dejar de tacón Willian José a Prieto, este metió a Vela para quedarse solo ante Cillessen. El mexicano se entretuvo, pero el balón cayó al brasileño que no acertó en inmejorable posición. Ahí pudo cambiar la eliminatoria.

Después llegó el polémico 2-0 del Barça y la respuesta de rabia y coraje de una Real que marcó dos golazos por medio de Juanmi y Willian José para demostrar que ahí estaba. Para entonces el partido se había roto y poco había que hacer.

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