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La fiesta se vive en Anoeta

  • La afición disfrutó de un gran ambiente en la previa y durante el partido

Hace tiempo que no se vivía un ambiente igual en los días previos de un partido en Anoeta. Jugar en una fecha tan señalada como la víspera de San Sebastián y en horario nocturno supusó que los abonados de Donostia y Azpeitia -unos 15.000 de los 26.000 con los que cuenta el club- se encontraran en la tesitura de tener que elegir entre acudir al campo o hacerlo a las tradicionales cenas y tamborradas de esta noche. Aún así, quienes decidieron acercarse pudieron disfrutar de un gran ambiente.

Desde las 19 horas, las tamborradas de dos de las peñas oficiales del club, Goazen Erreala y Txirritako Txuri Urdinak, junto a sus charangas, se encargaron de ambientar las horas previas al partido en las inmediaciones del estadio. Además, se colocó una carpa con un bar para que los seguidores pudieran disfrutar del mejor ambiente antes de entrar en Anoeta.

28.000 delantales y pañuelos

Se preveían temperaturas cercanas a los cero grados a la hora del partido, pero seguro que para más de uno la temperatura subió unos cuantos grados cuando el autobús de la Real se acercó al estadio y enfiló la recta que le lleve desde el velódromo hasta la puerta 29 de Anoeta. Fue la primera toma de contacto entre el equipo y los aficionados. El primer subidón de adrenalina.

Las tamborradas siguieron amenizando el ambiente hasta que minutos antes del comienzo del partido. Desfilaron por las pistas de atletismo y tocaron un par de piezas, entre ellas el 'Aurrera txuri urdinak'.

El club repartió 28.000 delantales blancos y azules. Cada seguidor encontró en su localidad un delantal blanco y un pañuelo azul, y viceversa para crear un gran mosaico blanquiazul a la salida de los jugadores al césped.

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