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Raúl Navas: «Con 24 años pensé en dejar el fútbol, así que estar viviendo esto es un sueño»

Raúl Navas posa sonriente para esta entrevista en el muro del Tenis en Ondarreta.
Raúl Navas posa sonriente para esta entrevista en el muro del Tenis en Ondarreta. / MICHELENA
  • Raúl Navas, Jugador de la Real, «Nos vemos arriba y creemos que somos los mejores, pero sin salir al 200% no ganas a nadie», asegura el central de la Real Sociedad

Raúl Navas (Sevilla, 1988) disfruta de un dulce momento en la Real después de pasarse en blanco la temporada pasada por culpa de una osteopatía de pubis. En mayo fue sometido a una segunda operación en Londres que acabó con todos sus males y en este arranque de Liga ha sido una de las revelaciones del equipo al hacerse un hueco en el once. Compartimos un rato con él para conocer sus primeras sensaciones como blanquiazul y repasar su carrera.

- ¿Si hace medio año le dicen que hoy sería titular lo hubiese creído?

- Seguramente no, porque entonces me estaba recuperando de la segunda operación y no pensaba que podría estar ahora como estoy. A nivel físico me encuentro muy fuerte y eso facilita que futbolísticamente también me sienta bien. Eso sí, tengo un margen de mejora importante y espero que con el paso de los partidos se vaya viendo.

- ¿De dónde venían esos problemos físicos?

- Mi última temporada en el Eibar, la 14/15, estuve bastante fastidiado. Llevaba un tiempo con molestias pero no eran graves, podía jugar. Un día recibí un golpe en el pie que me cambió la forma de pisar y la cosa se complicó. Pero no podía parar. El equipo no andaba bien, el míster nos necesitaba a todos y tuve que jugar muchos partidos infiltrado. Los dos últimos meses casi ni podía entrenar porque las molestias se convirtieron en dolor. Ahora es cuando por primera vez en dos años estoy entrenando y jugando sin problemas.

- Después de semejante calvario no sé si su estreno el día del Las Palmas lo vivió con un segundo debut en Primera...

- Mi debut en Primera fue en 2010 con el Valladolid en el Camp Nou pero es verdad que después de lo que he pasado se podría considerar el de la Real como un segundo debut.

- ¿Se quedó la camiseta de ese día?

- La tengo bien guardada. Como aquí vivo de alquiler no la puedo colgar pero me la llevaré en Navidad a mi casa de Sevilla para juntarla con otras que tienen mucho valor para mí. Ese día del Las Palmas cogí dos camisetas y una se la regalé a Imanol Soroa, el fisio, que ha estado siempre pendiente de mí y me ayudó mucho en la recuperación.

- ¿Cuáles son esas otras camisetas?

- La del debut en Primera con el Valladolid y las dos del Eibar con las que conseguimos los dos ascensos a Segunda y a Primera División.

- Sabemos de su presente y pasado más cercano porque lleva cinco años en Gipuzkoa, pero no tanto de sus orígenes, ¿cómo empezó en el fútbol?

- Soy de Sevilla y comencé a jugar con ocho años en el C.D. Empalme, el equipo de mi barrio, San Jerónimo. Duré poco allí porque Pablo Blanco, exjugador del Sevilla y director del fútbol base sevillista, había jugado con mi padre y le dijo para que fuera a hacer una prueba con los benjamines. La pasé y fui subiendo categorías hasta llegar a jugar con el Sevilla B en Segunda con 20 años.

- ¿Qué recuerdos tiene de su época sevillista?

- Muy buenos, porque cuando eres un niño solo piensas en divertirte y pasártelo bien. Hasta cadetes jugué de lateral derecho porque era un renacuajo, pero luego pegué el estirón y con 15 años me pusieron de central. Eran tiempos en los que jugábamos en campos de tierra, entonces en Sevilla no había de hierba artificial, y en los que apenas podíamos levantar aquellos balones Mikasa tan pesados. En invierno hacía frío en la Ciudad Deportiva y si te daba un balonazo en el muslo se te quedaba ahí la marca una semana.

- ¿Alguno de aquellos compañeros llegó lejos?

- Hay varios que han jugado en Primera como Víctor Díaz, que está en el Leganés, o Diego Capel.

- Con 20 años debuta en Segunda con el Sevilla Atlético y juega algunos partidos, ¿no se enfrentaría a la Real?

- No, que va, ya habíamos jugado. Yo debuté a final de temporada contra el Tenerife. Disputé tres partidos.

- De ahí se marcha al Valladolid B...

- Acababa contrato con el Sevilla y decidieron no renovarme. Tenía la opción de fichar por la Ponferradina pero me decidí por el Valladolid. Roberto Olabe fue el que se puso en contacto con mi agente y a mí me llamó Onésimo, que es un tío muy especial al que no puedes decir que no. Curiosamente es uno de los mejores amigos de Eusebio, el míster.

- Son varios en el vestuario de la Real con pasado blanquivioleta: Héctor, Yuri, Eusebio, usted...

- Sí, ya lo sé. Casualidades de la vida. Con Yuri ya coincidí en el Valladolid y después dos años en Eibar. Llevamos cinco años juntos y nos conocemos muy bien.

- Quién les iba a decir entonces que hoy formarían parte de la defensa del sexto clasificado en Primera, ¿verdad?

- Era impensable. Yuri luego se fue al Real Unión, yo al Celta B, y en la 12/13 nos volvimos a encontrar en Segunda B, en el Eibar. Y ahora estamos en Primera jugando juntos. No es algo que se dé muy a menudo, porque a los dos nos ha costado mucho trabajo llegar hasta aquí.

- Después aparece en el Celta B.

- Iba a fichar por el Real Madrid Castilla en julio pero al final la operación no se llegó a cerrar. Estuve un mes entrenando por mi cuenta y a finales de agosto me llamó Torrecilla para jugar en el filial del Celta, donde coincidí con Jota Peleteiro. No fue un año muy bueno, porque me operaron del tobillo, estuve tres meses sin jugar y descendimos a Tercera. El meta Rubén Blanco y el lateral Jonny Castro están hoy en la primera plantilla del Celta. Terminé contrato y quedé libre.

- Era verano de 2012 y le cuesta encontrar destino...

- Me apunté a jugar con el combinado de la AFE integrado por futbolistas que estábamos sin equipo. Jugamos varios partidos amistosos en Alicante y un torneo en Holanda. Me vino bien para estar con la cabeza distraída porque yo me entrenaba con el San José de la Rinconada, un equipo de la regional andaluza que entrenaba un amigo. Tenía 24 años y en ese momento pensé en dejar el fútbol.

- ¿Cómo así?

- Los dos veranos anteriores no encontré equipo hasta finales de agosto y estaba cansado de vivir siempre la misma situación. Le dije a mi agente, Luis Raudona, que dejaba el fútbol profesional y que me iba a jugar con los amigos. Quedó conmigo un día, me dio una charla y me convenció para que no tirase la toalla. Si hoy estoy aquí, viviendo este sueño, se lo debo a él.

- Y entonces recibe la llamada del Eibar...

- Aquello me cambió la vida. Subí sin saber qué me iba a encontrar y en dos semanas estaba dentro del equipo. Gaizka Garitano contó conmigo desde el principio y se formó un grupo muy majo, con chavales que teníamos ganas de hacer grandes cosas. En el Eibar volví a sentirme futbolista de nuevo.

- ¿Cómo se adaptó un sevillano a la vida en Gipuzkoa?

- Muy bien. Yo decidí vivir en Eibar y eso me facilitó las cosas. Hacía la vida allí, me involucré en el pueblo y pude hacer buenos amigos. Estuve muy a gusto.

- En 2014 le ficha la Real, aunque el primer año le deja cedido en Eibar. ¿Qué se le pasó por la cabeza?

- Cuando Loren le comentó a mi agente que me quería no me lo pensé ni un momento. La Real es uno de los grandes de Primera y no podía dejar pasar una oportunidad así porque significaba dar un salto de calidad en mi carrera.

- Llega a la Real un año más tarde con toda la ilusión y se pasa un año en blanco por culpa de la lesión...

- Fue el momento más duro de mi carrera porque venía a cumplir un sueño, llegaba a un equipo nuevo y ni siquiera podía entrenar. Mis primeros amigos los hice en la enfermería: los médicos, los fisios y los lesionados. Recuerdo que pasé mucho tiempo con Carlos Martínez, que estaba lesionado del pie y fue un apoyo importante para mí. Los médicos también se portaron muy bien conmigo. Si no llega a ser por ellos no estaría ahora jugando a fútbol.

- Tuvo que pasar dos veces por el quirófano y fue a la segunda cuando dan con la tecla.

- Me operaron en julio de 2015, seguimos las pautas normales de la recuperación pero veía que había cosas normales que no podía hacer. Intentamos hacer todo lo posible pero nada daba resultado hasta que en mayo de este año decidimos ir a operarnos a Londres con una técnica diferente. Me operaron de los adductores de una forma distinta y ahí empiezo a ver la luz. Las molestias van remitiendo y empiezo a entrenarme con normalidad. Haber pasado momentos tan duros me hace valorar mucho más lo que tengo ahora. Cada día que salto al campo está muy presente el año y medio tan malo que pasé. Por eso estoy disfrutando tanto con la Real.

- Tiene 28 años y tanto usted como el equipo están de dulce. ¿Qué metas se pone en su carrera?

- Después de lo que he vivido prefiero ir paso a paso porque nadie sabe qué puede pasar mañana. En lo personal y en lo colectivo. Tenemos una plantilla para estar ilusionados a pesar del tropiezo ante el Deportivo.

- ¿Se imagina jugando la próxima temporada en Europa con la Real?

- Aún no me lo planteo. Hay que ir partido a partido aunque suene a tópico. En Primera no hay equipos fáciles y el primer paso es ganar al Valencia. Si varíamos de filosofía y empezamos a pensar en el futuro nos pueden dar una buena bofetada y bajarnos al suelo como pasó en Riazor.

- ¿Cómo explica que después del partido que hicieron ante el Barça salieran goleados ante el Dépor?

- Es difícil. Siempre nos sale un par de partidos malos al año, como el de la temporada pasada en Gijón. Es inexplicable lo de Riazor. También tuvo su mérito el Deportivo, que hizo bien las cosas y nos tenía muy estudiada nuestra forma de jugar. Quizás nos faltó intensidad o algo de chispa. Hay que aprender de los errores y solucionarnos.

- ¿Fue una cura de humildad?

- Quizás sí. Nos vemos arriba en la clasificación, creemos que somos los mejores y un partido así nos viene bien para poner los pies en el suelo. Si no salimos al 200% no ganamos a nadie.

- ¿Se puede achacar la derrota al cansancio de la Copa?

- Fue una semana atípica, más que por el cansancio porque cambia el ritmo de los entrenamientos al haber partido en medio. Pero no vale de nada poner excusas y lo que hay que hacer es solucionar los errores.

- Pero llevan varias semanas jugando prácticamente los mismos y las sensaciones de los dos últimos partidos no han sido buenas...

- No sé si es por eso. Todo influye. Quizás nos faltó algo de chispa en Coruña por haber jugado el jueves. Ahora lo que hay que hacer es recuperar la mejor versión ante el Valencia para que se vuelva a ver la Real de estos dos últimos meses. Quedan dos partidos de Liga antes del parón navideño y tenemos que sumar de tres en tres para cerrar el año con una dinámica positiva. Ese es nuestro objetivo.

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