Diario Vasco

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«No podíamos dejar morir a un histórico como el Alavés»

Querejeta, feliz en el espectacular Buesa Arena que gestiona el Baskonia y que será sede de la Copa del Rey el próximo febrero.
Querejeta, feliz en el espectacular Buesa Arena que gestiona el Baskonia y que será sede de la Copa del Rey el próximo febrero. / RAFA GUTIERREZ
  • Josean Querejeta ha levantado un imperio en el Baskonia y, empujado por la Diputación, gestiona también el equipo de fútbol de Vitoria

F ui a Gasteiz con la idea de encontrarme con un protagonista de altura y no solo por sus dos metros, sino porque dispone de una cabeza privilegiada que le ha permitido pasar de gran jugador de baloncesto a excelente gestor. Josean Querejeta (Lazkao, 1957) tiene el control del ocio deportivo de la capital alavesa. Elevó al Baskonia a lo más alto y ahora también gestiona con éxito el Deportivo Alavés, al que han logrado sanear económicamente y lo tienen en Primera División. Declarado por dos años mejor gestor de la Euroliga de baloncesto y condecorado por la sociedad alavesa, este guipuzcoano que ya se siente un vitoriano más, no descansará hasta ver construida la nueva ciudad deportiva que ya gestiona con el ayuntamiento en Betoño. Podríamos hacer un serial con todos su logros, pero repasaremos solo algunos de ellos, todos con éxito.

- ¿Qué hace en la vida?

- Lo que hago es dedicar muy poco tiempo a mis cosas y mucho a lo que es el proyecto del Grupo Baskonia, que integra al equipo de baloncesto como tal, al Deportivo Alavés de fútbol, a la Fundación 5+11, a la Ciudad Deportiva del Baskonia, a una sociedad de servicios que se llama Onalan y a los futuros proyectos que tenemos para las dos entidades. Somos alrededor de cuatrocientos trabajadores en el grupo y nos gustaría seguir creciendo, sobre todo porque estamos en un entorno muy pequeño en el que la generación de recursos es limitada y tenemos que buscar siempre nuevas oportunidades de negocio para seguir creciendo.

- Llegó muy joven a la presidencia del Baskonia.

- Con mucho trabajo y dedicación hemos traído este proyecto hasta aquí, con voluntad de seguir en la misma línea. A veces hemos sido muy valientes y hemos arriesgado, porque la única posibilidad que había era esa. Yo fui presidente con treinta y un años, justo cuando dejé de jugar y la próxima semana hago veintiocho años al frente del Baskonia. Me parecía imposible llegar a donde hemos llegado con la situación que estaba entonces el club, sin ninguna estructura, un pabellón muy pequeño en Mendizorroza. Que pudiéramos competir con Madrid y Barcelona y otros equipos era tan difícil... Además, yo no tenía experiencia en gestionar, pero me reuní con gente buena que sabía de lo que iba. Unos se han jubilado, como Carlos Izar, otros continúan y tomando decisiones y riesgos avanzamos desde aquellos seiscientos mil euros de presupuesto a los catorce millones pasados que tenemos ahora. Era más una pasión que otra cosa. El mundo del deporte te da pocas satisfacciones, más bien tienes situaciones de ansiedad, pero es lo que más me gusta hacer y más que tomarlo como un trabajo lo tomo como una pasión.

- Opinaba, desde el basket, que el fútbol era un desastre de organización y se mete en él...

- Creo que, en general, el baloncesto ha estado mejor gestionado y ha ido por delante del fútbol en muchas cosas. En cuanto a una visión futura también. En la Euroliga hemos dado un paso muy importante en el ámbito continental para el deporte profesional y el fútbol no va a tardar en imitarlo, por su necesidad de encontrar recursos. La gran ventaja del fútbol en este momento es la facilidad que tiene para obtener los ingresos de televisión, porque eso te da muchas oportunidades para poder hacer cosas, sobre todo si tienes una idea clara de que esos dineros no te valgan sólo para invertir en jugadores, sino que debe servir para los jugadores, pero también para construir un club que pueda tener un patrimonio que le permita ser mucho más sólido para el futuro. El fútbol, además, tiene una mayor penetración que el baloncesto a nivel de público.

- Y se va a por el Alavés.

- Yo no me lancé, en principio, a por el Alavés. El club estaba en una situación crítica, prácticamente en liquidación, por mala gestión de directivos anteriores. Estaba en concurso de acreedores y se habían acordado unos plazos después de una quita importante de la deuda. El primer plazo estaba ya superado y llevaba al club a la liquidación. Me llaman de Diputación y en un primer momento no quería entrar, porque la situación del Alavés era muy complicada. Debido a su insistencia hice un planteamiento conociendo la realidad del momento, que no sólo era la deuda concursal que tenía, sino también la postconcursal que lo hacía todo más grave. Aceptaron las instituciones un plan de viabilidad a cinco años, en el que ellos aportaban unas cantidades a través de convenios y de acuerdos de patrocinio y el Baskonia fue a la ampliación de capital. Desde la Segunda B teníamos la prioridad de quitar la deuda y crear un club que no tenía nada, ni siquiera balones para entrenar. Cinco años después hemos conseguido que el club esté en una situación económica muy buena, sin deuda y saneado, con ejercicios económicos muy positivos. Hemos ido creando un proyecto de club con estructura de primer equipo y categorías inferiores, con el apoyo del Baskonia, al que le ha costado mucho dinero y ahora estamos en una situación buena en la que el Baskonia es el propietario del 82% de las acciones del Alavés y el club de fútbol ya puede planificar su futuro de una forma independiente, tras una fuerte inversión en su estructura, con la contratación de treinta y ocho personas este verano.

- ¿...?

- Parte de los derechos de televisión los queremos invertir en una remodelación del campo que nos lleve hasta los treinta mil de aforo y en la adquisición también de una residencia para setenta u ochenta jugadores. Quiero también crear la nueva ciudad deportiva del Alavés, que no necesariamente va a estar en la que tiene actualmente en Ibaia, que nos crea bastantes problemas. Si somos capaces de darle al club esa estabilidad de futuro estos proyectos saldrán adelante y el Alavés tendrá una consolidación patrimonial mucho más sólida que la actual, para crecer incluso por encima de las posibilidades de una ciudad tan pequeña como Vitoria.

- ¿Es un gestor duro como dicen?

- La vida me ha enseñado que cuando se toma una decisión, por muy dura que sea, es mejor dar la cara y trasmitirla tú mismo, porque las decisiones que transmito yo no me han creado dificultades, aunque es normal que cuando afecta a personas haya situaciones de no comprensión. Estoy también acostumbrado a tomar muchas decisiones y prefiero equivocarme yo que no hacer caso a segundos o terceros que me pueden equivocar. Eso me crea mucha inseguridad. Lo que se complica, al final lo tienes que resolver tú mismo, por eso es mejor afrontarlo de cara desde el principio. Esa es mi forma de ser, que a estas alturas no va a cambiar.

- Lo suyo fue siempre el basket. ¿También el fútbol?

- Yo estoy involucrado al cien por cien y entiendo esto como un proyecto personal. El fútbol era para mí un mundo desconocido que no sabes cómo puede funcionar, pero tenía una idea muy clara: teníamos que salvar a un equipo histórico como el Alavés y tenía que generarle un futuro. Ahora mismo estoy igual de involucrado que en el baloncesto. Está claro que la vida va pasando, que no eres eterno y que todo trayecto tiene su fin y es algo que siempre tienes en la cabeza, pero tengo alrededor gente como mis hijos que sienten lo que hago y habrá futuro cuando haya que dar un paso al lado.

- Condecorado y muy distinguido por su trabajo.

- Está claro que los premios son bienvenidos y los agradeces, porque el directivo al final tiene muchos momentos difíciles. El aficionado disfruta mucho más, porque no sufre los problemas y el directivo sí. De vez en cuando, esas muestras de cariño son las que hacen que tengas siempre ganas por seguir la labor. Es una especie de gasolina necesaria, más aún que los buenos resultados que son alegrías momentáneas, porque hay que seguir trabajando al día siguiente también. Me satisfizo mucho que mis compañeros de Euroliga me premiaran en votaciones que hacen ellos y eso lo valoro.

- ¿Qué futuro inmediato le espera al Baskonia?

- La situación de futuro es muy buena porque somos uno de los once equipos propietarios de la Euroliga, tenemos una licencia A que nos garantiza la participación en esta competición en los próximos diez años y va a haber una gran diferencia entre los equipos que juguemos Euroliga con los que no, porque va a ser una competición que va a crecer mucho, con grandes posibilidades económicas y eso nos lo hemos ganado. El Baskonia está en la Euroliga desde el principio de la misma hace dieciséis años. Ni siquiera el Madrid ha estado todos los años como nosotros y el Barça. Hemos construido un pabellón de 15.500 espectadores, el Buesa Arena, para albergar una competición de este estilo y tenemos que trabajar para seguir en la élite europea.

- ¿Y el futuro del Alavés?

- Creo que la labor es la de consolidar. No me gustaría irme del fútbol sin que el Alavés tuviera un proyecto sólido, sin un campo en condiciones, porque Mendizorroza a nivel de servicios es cero. Tampoco sin construir una ciudad deportiva para regenerarse. A partir de entonces podrá aspirar a cosas más importantes, porque de lo contrario tendrá mucha inestabilidad y será un equipo con peligro de descender.

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