Los madrugadores, esos pocos aficionados que acceden a la grada cuando se abren las puertas del campo más de una hora antes del partido, podrán asistir mañana a un espectáculo insólito. Cuando llegue el Alavés a Anoeta y sus jugadores salgan al césped, uno de ellos se separará del grupo y andará descalzo sobre la hierba.
Es el colombiano Daniel Torres. Al otro lado del teléfono móvil estará su guía espiritual, Sandra Merino, que según el mediocentro de 26 años le puso en el camino de Jesucristo. El motivo de salir descalzo a los campos es una cita bíblica: «Todo lugar donde pise la planta de vuestro pie será vuestro» (Deuteronomio 11:24).
Antes de llegar a esta conclusión, Torres se arrastró por el fondo de un pozo muy negro entre 2010 y 2011. Le echaron del Santa Fe de Bogotá, a donde había llegado de niño, por alcohólico. Se bebía dos botellas de whisky cada noche, según propia confesión. «Me perdonaron hasta ocho veces después de dar positivo en los controles». Pero la situación se hizo insostenible y fue traspasado al Nacional de Medellín.
«Viendo el problema que tenía y viendo que me estaba perdiendo, decidieron mandarme a ver si todo cambiaba. Y fue peor. Medellín es muy noctámbula, muy fiestera». Una semana tenían partido el sábado y empezó a beber el jueves. El viernes no acudió a entrenar pero aún así le dijeron que fuera al partido. «No me presenté por seguir bebiendo. Ahí fue cuando me di cuenta de que tenía un problema inmenso».
«Conocí a Dios»
Le devolvieron al Santa Fe, que aceptó quedárselo y darle su última oportunidad. Y entonces sucedió: «Conocí a Dios». La culpable fue Sandra Merino, pastora de la Iglesia del Dios Viviente y autodenominada 'La Mamá'.
Por aquel entonces, el Santa Fe llevaba 37 años sin ganar la Liga y había empezado la liga con una racha inverosímil de empates. En Colombia las supersticiones gozan de muchos adeptos y en el equipo pensaron que allí estaba pasando algo raro. Muchos pedían la intervención de un chamán, hechicero o algo por el estilo, pero el capitán, Omar Pérez, dijo que nada de brujería, que había que «darle la oportunidad a Dios de entrar en el equipo», y llamaron a Sandra Merino.
Según contó el centrocampista del Alavés a 'El País', la pastora aseguró que «llevaba dos años orando por santa Fe, que en 2010 el Señor le reveló que intercedería y saldríamos campeones. Que Santa Fe era el único equipo en el mundo con un nombre profético: la Santa Fe. Que es el único equipo que tiene al león de Judá como mascota. Que el color rojo de su camiseta es el rojo de la sangre de Cristo. Que luchábamos por la séptima estrella, el séptimo título de Liga, el número perfecto de Dios...».
Antes del siguiente partido, nada menos que el derbi de Bogotá contra Millonarios, la guía espiritual lavó los pies de todos los jugadores. Al descanso, Santa Fe ganaba 4-0. Y ahí radica la explicación de entrar a los campos descalzo. «Ella nos dijo que la Biblia refleja la santidad en los pies. El lugar donde uno pisa es el lugar donde se manifiesta la presencia de Dios. La Biblia nos dice que si salimos descalzos tomamos posesión del lugar que pisamos para que el Señor pueda obrar allí. No es algo que me haya inventado yo sino la Biblia, que se escribió hace miles de años y sigue vigente. Yo no salgo a caminar descalzo para obtener un resultado deportivo, sino porque sé que en el momento en que piso el campo descalzo la presencia de Dios está allí. Y sucederá lo que Dios quiera». Ganaron la Liga, la séptima estrella.
Desde entonces, Daniel Torres sale descalzo antes del calentamiento en todos los partidos, con el Santa Fe, con el Alavés - a donde llegó en verano a cambio de tres millones de euros desde Independiente de Medellín, su último equipo en Colombia- o con la selección de su país.
Contrario al acuerdo de paz
Precisamente con el combinado cafetero ha protagonizado su última polémica, al oponerse al acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC, con un mensaje directo al presidente, Juan Manuel Santos: «Hola señor presidente. Me dirijo a usted para hablarle de la situación espiritual de Colombia y del tratado de paz... El centro de su Gobierno y de esta negociación no es Jesucristo. Jesucristo es el único que puede traer esa paz que tanto anhelamos... Además quiero decirle que a lo que usted ha acudido, las prácticas que han hecho, no son de Dios, ni vienen de Dios. Esto no se trata de religión, esto es la verdad».
Ya calzado con las botas de tacos, con su 1,81 y 80 kilos, Daniel Torres dirige el tráfico pesado en el centro del campo iluminado por la verdad. «Todo lugar donde pise la planta de vuestro pie será vuestro. Desde el desierto hasta el Líbano, desde el río Éufrates hasta el mar occidental será vuestro territorio». Anoeta es la siguiente etapa de su camino.
