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El día que jugó de lateral y marcó dos goles a Bonano

Barkero engaña a Bonano, en la última visita del Alavés a Anoeta en Primera.
Barkero engaña a Bonano, en la última visita del Alavés a Anoeta en Primera. / DV
  • La última comparecencia del Alavés en Anoeta en Primera fue hace once años, Barkero fue su verdugo y Pellegrino estuvo en el banquillo

El Alavés realizó su última visita a Anoeta en Primera el 11 de septiembre de 2005, en la segunda jornada del curso 05/06. Barkero tiene muy bien grabado lo que ocurrió aquel día. «Veníamos de perder el derbi en Bilbao, como ahora. Yo jugaba de extremo pero ante el Alavés Amorrortu me dijo que iba a ser lateral. Que De Lucas, que jugaba en la derecha, no trabajaba mucho en defensa y que podríamos hacer superioridad en ataque con mis subidas. La verdad es que nos fue bien. Metí dos goles y pudimos celebrar la victoria».

Como anécdota recuerda que «nunca había jugado de lateral. Yo no era bueno defendiendo. Cuando me vi atrás pensé que iba a ser un coladero y, cosas de la vida, fue el único partido en Primera en el que conseguí dos goles».

Primero lo hizo de penalti. «Darko solía lanzarlos pero venía de fallar alguno y no tenía mucha confianza. Cuando el árbitro lo señaló me acerqué y dije que lo lanzaba yo. Hasta ese momento no había tenido la ocasión de hacerlo por cuestión de jerarquías. El portero era Bonano, el ayudante hoy de Berizzo en el Celta, y le engañé bien».

Pasada la media hora también se atrevió con el lanzamiento de una falta que acabó dentro. «Siempre las he lanzado bien pero como no jugaba mucho en la Real no podía hacerlo. Después de marcar el penalti estaba con confianza y la tiré como en los entrenamientos. Fue mi primer gol de falta en la Real».

El hoy entrenador del Alavés, Mauricio Pellegrino, estuvo en el banquillo albiazul aunque no llegó a saltar al campo. Aquel partido fue el único de los cuatro que Barkero jugó ante los babazorros en el que la victoria cayó del lado guipuzcoano. «Siempre nos ponían las cosas muy difíciles y ahora no será diferente. Recuerdo dos derrotas en Mendizorroza y otro empate más en Anoeta. En estos partidos de rivalidad nunca puedes dar por hecho el triunfo de antemano. Fueron duelos muy peleados y con resultados de todo tipo».

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