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Illarramendi: «Quería volver a sentirme futbolista y sabía que en la Real Sociedad lo iba a conseguir»

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Asier Illarramendi posa feliz delante del campo de fútbol de San Miguel, en su Mutriku natal. / FÉLIX MORQUECHO

  • ASIER ILLARRAMENDI, JUGADOR DE LA REAL SOCIEDAD, Asier Illarramendi asegura que aún están a tiempo de hacer una buena temporada

Se palpa a la legua que Asier Illarramendi (Mutriku, 1990) es un hombre feliz. Su regreso a la Real le ha permitido reencontrarse consigo mismo, recuperar la confianza rodeado de los suyos y volver a disfrutar jugando al fútbol, una sensación que había perdido. Mira al futuro con optimismo porque sabe que está en un club en crecimiento y lo hace al pasado sin rencor ni resentimiento, ya que valora positivamente las experiencias vividas en estos dos años en Madrid. Le visitamos en su Mutriku natal para pulsar cómo fue su vida en ese paréntesis fuera de Gipuzkoa.

- ¿Cómo va el regreso a casa?

- Muy fácil. Entré en la Real con once años y ya conocía el funcionamiento del club, por lo que no me ha costado nada readaptarme.

- Desde fuera da la sensación de que nunca se fue. ¿Comparte esta impresión?

- Sí, yo también la tengo. Durante estos dos años he mantenido la relación con mis compañeros y eso ha hecho que mi regreso haya sido muy fácil. Cada vez que venía quedaba con ellos a comer y para hacer algún plan y, en realidad, nunca he perdido el contacto. Las relaciones de amistad siempre se mantienen.

- ¿No se le hacía raro quedar con ellos a comer después de haber jugado la víspera en contra?

- Al principio me chocaba, no creas, pero como yo les veo más como amigos que como compañeros toda era muy sencillo. Si quedaba con ellos era porque estaba a gusto por mucho que el día anterior nos hubiésemos enfrentado en el campo. Con algunos me he ido de vacaciones en estos dos años.

- Iñigo será uno de ellos...

- Hemos metido muchas horas juntos en el taxi desde la época de cadetes, yendo y viniendo de Zubieta, y esa relación se ha mantenido en el primer equipo. A pesar de que ahora estamos en habitaciones individuales, en las concentraciones siempre compartíamos habitación. Éramos y somos inseparables.

- Entrevista completa en El Diario Vasco y Kiosko y más