Una larga tradición de duelos de la Real Sociedad con equipos del Este

El Krasnodar es el segundo rival ruso que se mide a la Real Sociedad. Antes, los blanquiazules sólo tuvieron que lidiar con el Dinamo de Moscú, en dieciseisavos de final de la UEFA 1998/99, al que derrotaron tanto en la ida en Rusia (2-3) como en Anoeta (3-0). 16 años después, los de Arrasate encaran el partido de vuelta en Krasnodar con una renta mínima (1-0). Si superan la eliinatoria, pasarán a la fase de grupos de la Europa League.

Sí hay más precedentes de duelos con equipos de lo que fue la Unión Soviética. En la Recopa de Europa 1987/88, la Real viajó a la URSS para medirse al Dinamo de Minsk. Tras igualar en Atotxa a uno, la Real no pudo deshacer el empate inicial en la capital de Bielorrusia y cayó eliminada. La pasada campaña el club blanquiazul regresó a territorio de la antigua URSS para medirse con el Shakhtar Donetsk, duelo en la fase de grupos de la Champions que se saldó con dos derrotas ante los ucranianos.

Máxima igualdad

Aunque tratar de definir el fútbol del Este como si fuera uno es tan impreciso como meter en el mismo saco a ingleses, italianos y holandeses, sí se puede establecer cierto canon en el fútbol europeo oriental. En el balance general, de esos once enfrentamientos con equipos de aquella zona la Real sale victoriosa... pero por la mínima. Once duelos, seis clasificaciones guipuzcoanas y cinco eliminaciones (tomando el duelo con el Shakhtar como si fuera una eliminatoria). En total, 22 partidos (23 si sumamos la victoria de Anoeta ante el Krasnodar) con nueve victorias de la Real, seis empates y siete derrotas (sólo dos en casa, la primera ante el Baniken 1974 y la última con el Shakthar el año pasado).

La Real eliminó al Ujpest Dojzsa húngaro en trentaidosavos de final de la Copa de la UEFA 1980/81. En la fase siguiente, en dieciseisavos, hizo lo propio con el Zbrojovka Brno checoslovaco entonces, checo hoy. Luego cayó en octavos contra el Lokeren belga.

Los blanquiazules también lograron apear al Slask Wroclaw polaco en dieciseisavos de la Recopa 1987/88, antes de caer en el citado duelo de octavos con el Dinamo de Minsk entonces soviético. A partir de la siguiente temporada nada iba a ser igual en Europa.

La Real visitó en los trentaidosavos de final de la UEFA 1989/90 al Dukla de Praga. Llegó a la capital de Checoslovaquia con el 2-1 de ventaja adquirido en Atotxa y logró la clasificación por el valor doble de los goles en campo contrario, ya que perdió por 3-2. Los goles de Loren y Loinaz permitieron a la Real remontar el 3-0 que lucía en el marcador en el minuto 75 de partido y pasar de ronda. Era el 5 de octubre de 1989. Dos meses después, el 9 de noviembre, caía el muro de Berlín.

Los dos últimos rivales de Europa del Este, ya sin telón, que la Real ha dejado en la cuneta fueron el Sparta de Praga y el Dinamo de Moscú, ambos en la UEFA 1998/99. Será coincidencia o no, pero en estos duelos en la época post soviética abundaron los goles, cosa que no sucedía antes. Quince goles en cuatro partidos, cuando sólo en dos los 16 choques anteriores con conjuntos orientales un equipo había marcado más de dos tantos (cuatro del Branik Ostrava y tres del Dukla en quince años).